Esto sucede precisamente una semana después de que la revista Columbia Journalism Review publicara un artículo en el que describe de qué manera varios periodistas freelance denunciaron que su trabajo fue publicado sin que se les pagara, se les asignaron tareas que luego fueron canceladas sin retribución alguna, y se les pidió ayuda para producir documentales sin aclararles de qué forma sería retribuido su trabajo.
Los cambios significan más poder a Temer sobre la gestión de la empresa y menos participación de la sociedad.
¿Qué hacer ante esta disparidad de resultados pre-electorales? ¿Cómo pueden los periodistas ayudarle a entender a sus lectores cuál es la verdad en medio de todas estas cifras?
Este formulario se suma a dos nuevas iniciativas del COI en estos primeros Juegos Olímpicos que se realizan en América del Sur.
Los políticos se han vuelto cada vez más hábiles para decir mentiras que suenan como verdades.
Pocos le han prestado atención a otro comunicado que Facebook publicó simultáneamente titulado ‘Building a better news feed for you‘, en el cual explica cuáles son los valores que ahora tendrá en cuenta para destacar historias ante sus usuarios.
Medios de comunicación respetables como el Washington Post cayeron en la trampa de confiar en Google Trends para crear una noticia que francamente retrataba a los británicos como tontos.
Marcelo Rech, Presidente del Foro Mundial de Editores y Vicepresidente Editorial del Grupo RBS de Brasil, pidió a editores de todo el mundo acoger los cinco principios como una manera de llevar el periodismo a un siguiente nivel.
La revelación se produjo cuando el diario británico The Guardian publicó unos lineamientos para la curación de contenido para empleados de Facebook.
Con dos o tres movimientos, Temer cambió el mando de Empresa Brasil de Comunicación (EBC) e interfirió con la TV Brasil, evitando la cobertura de eventos culturales que podrían traducirse en protesta.
Entre los medios de comunicación impera la ley del ‘sálvese quien pueda’.