¿Cuál debería ser la palabra del 2017?… Como respuesta, propongo otro neologismo: verdadistas.
Toda primicia periodística suele dar prestigio a quien la obtiene, pero trabajar historias basadas en filtraciones nos enfrenta a algunos de los dilemas más delicados en nuestra profesión.
Este año en México se celebraran elecciones en diferentes entidades y municipios del país. Se trata de un momento crucial para la vida democrática del país por tratarse de votaciones intermedias previo a la contienda presidencial de 2018.
Los rumores no chequeados se transmiten como la espuma. Se deslizan con total fluidez por las plataformas digitales y siembran también el odio.
Debemos tener extremo criterio e incluso advertirle al lector cuando una ilustración o un montaje es una recreación.
¿Cómo delvolver la inocencia? ¿Es posible cuando “presunto” o “sospechoso” aparecen muy débiles ante la palabra culpable?
La semana pasada el municipio de Monterrey, Nuevo León vivió uno de los episodios más tristes de su historia tras el tiroteo ocurrido en una escuela secundaria que dejó como saldo un menor muerto y cuatro personas heridas, entre éstas una maestra del plantel y tres alumnos.
Es obligación ética de los periodistas respetar la dignidad de las personas, su derecho a la privacidad y a la propia imagen.
Con motivo de las manifestaciones que se han dado en México por el alza de los precio de la gasolina miles de personas en redes sociales han expresado su descontento y han convocado a movilizarse.
Lo que falta para evitar que una autoridad nos diga cómo debemos hacer nuestro trabajo es control, pero desde nosotros.
¿Cuál es el interés público de la información en cuestión?
El tema estaba en agenda, como muchos otros en las redacciones. El diario Perú21, donde laboro, decidió empezar este año sin el horóscopo, una pieza que nos acompañó desde 2002, año de fundación.
Si la televisión como espectáculo siempre ha sido enemiga del buen periodismo, la combinación con las redes sociales u otras herramientas de votación en línea, puede convertir el debate en un circo romano.
La plataforma está integrada por 8 medios y organizaciones civiles, radicados en la Ciudad de México, que se encargan de analizar la información.