El caos del rumor

El caos del rumor

Los rumores no chequeados se transmiten como la espuma. Se deslizan con total fluidez por las plataformas digitales y siembran también el odio.
Fotografía: Mike Renpening en Pixabay | Usada bajo licencia Creative Commons
Lyuba Yez

Chile está sufriendo por estos días el mayor incendio de toda su historia, con más de un centenar de focos repartidos por la zona central del país y todos los recursos humanos, gubernamentales, solidarios y mediáticos desplegados.

Han sido días de un verdadera locura en labores de rescate, información sin descanso desde los medios de comunicación y el Gobierno, y también de rumores viralizados a través de Twitter y Whatsapp, algo que se ha convertido, sin duda, en materia de discusión y miedo.

Sí, miedo, porque se trata de mensajes con datos completamente falsos que se han multiplicado con total irresponsabilidad, otorgando culpabilidad a grupos de origen mapuche, a supuestos empresarios que habrían provocado los incendios para cobrar seguros y hasta a supuestos colombianos de las FARC que estarían instalados en Chile provocando el infierno. Porque eso es lo que vemos hoy en mi país, un infierno que se enciende sin control, y que es aterrador y doloroso.

Por lo mismo, preocupa y también duele el rumor. Porque no es noticia y hace daño, pues estigmatiza y responsabiliza injustamentre a grupos que nada tienen que ver con lo que está ocurriendo.

Los rumores no chequeados se transmiten como la espuma. Se deslizan con total fluidez por las plataformas digitales y siembran también el odio. El público está persiguiendo certezas y la determinación de los responsables de los incendios es una de ellas.

En esta locura cotidiana necesitamos saber quién o quiénes están detrás de esta tragedia, necesitamos saber por qué, y es más, nos urge saber si esto se trata de lo que se sospecha: de nada más que de maldad.

Pero esa certeza, esa respuesta no está en las redes sociales, que muchas veces son estupendas para comunicarnos, y no así para informarnos. Es quizás ése el gran problema: creer que las redes sociales entregan información.

Ni Twitter ni Whatsapp son responsables de seleccionar y editar la información. Mucho menos de chequearla. Esa labor es de los periodistas y hemos sido formados para eso, idealmente para funcionar desde la verdad, la rigurosidad y la justicia, entendiendo que ahí se circunscribe nuestra mayor responsabilidad y deber, en entregar la información al público.

Por lo mismo, estos han sido días desafiantes para nuestra profesión, hemos tenido chequear una, dos, tres veces lo que nos llega como la respuesta a todo lo que estamos viviendo, y también nos hemos propuesto aclarar que las cadenas que llegan a nuestros celulares o los tweets alarmistas no son reales.

El Gobierno ha pedido ser responsables con lo que publicamos en las redes sociales; editoriales de diarios y notas en distintos medios se han publicado aclarando lo falso que se ha dado por verdadero. Porque estamos enfrentando otro caos: el del rumor.

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* Lyuba Yez es periodista de la Universidad Católica de Chile y se ha especializado en el estudio de la ética aplicada a las comunicaciones y en la investigación de cobertura de tragedias. Actualmente es docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica y de la Escuelas de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado.

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