WhastApp nos ha simplificado la vida en muchos aspectos, pero también ha reducido los límites de nuestra privacidad.

No es fácil encontrar estudios actualizados sobre el entorno laboral de los periodistas, menos aún permanentes y sistemáticos como para establecer tendencias claras en función de particularidades concretas.

¿Cuál debería ser la palabra del 2017?… Como respuesta, propongo otro neologismo: verdadistas.

Toda primicia periodística suele dar prestigio a quien la obtiene, pero trabajar historias basadas en filtraciones nos enfrenta a algunos de los dilemas más delicados en nuestra profesión.

Este año en México se celebraran elecciones en diferentes entidades y municipios del país. Se trata de un momento crucial para la vida democrática del país por tratarse de votaciones intermedias previo a la contienda presidencial de 2018.

Los rumores no chequeados se transmiten como la espuma. Se deslizan con total fluidez por las plataformas digitales y siembran también el odio.

Editores, empresas, políticos, oficinas de comunicación, agencias de PR, entre otros, no entienden lo que hoy es un medio de comunicación multiplataforma. O quizás entienden muy poco.

Debemos tener extremo criterio e incluso advertirle al lector cuando una ilustración o un montaje es una recreación.

¿Cómo delvolver la inocencia? ¿Es posible cuando “presunto” o “sospechoso” aparecen muy débiles ante la palabra culpable?

La semana pasada el municipio de Monterrey, Nuevo León vivió uno de los episodios más tristes de su historia tras el tiroteo ocurrido en una escuela secundaria que dejó como saldo un menor muerto y cuatro personas heridas, entre éstas una maestra del plantel y tres alumnos.