Quienes formamos periodistas no podemos hacerlo para que ejerzan su profesión con docilidad, sin perspectiva crítica, sin valentía. Por ello, varios hechos que afectan directamente la libertad de expresión en Colombia, ocurridos este año, nos convidan a reflexionar, a fomentar el debate y a hacernos preguntas.
En el primer semestre conocimos los perfilamientos a periodistas por parte del Ejército. Ahora, la Fiscalía pretende llevar a juicio a la comunicadora que pudo haber dado a conocer la prueba de las malas prácticas del funcionario que estaba al frente del sistema de medios públicos del país, al tiempo que cita a integrantes del equipo de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) para que atiendan una entrevista presencial en el proceso penal en contra de la comunicadora.
No se puede normalizar la utilización de herramientas legales, el acoso judicial o las campañas sistemáticas de descrédito de los periodistas, que desembocan en marcos restrictivos para el ejercicio de la libertad de expresión.
En relación con las imputaciones contra periodistas como la llevada a cabo por la Fiscalía contra la exdirectora de Señal Colombia, Diana Díaz, es importante precisar que la judicialización de periodistas es una de las estrategias utilizada por estados que no respetan los estándares de libertad de expresión. En ese sentido, ¿se está abusando del ejercicio del Derecho para acallar voces independientes, críticas o fieles a los valores esenciales del periodismo?, ¿la Fiscalía acude a este mecanismo para presionar a periodistas?, ¿la cercanía entre funcionarios del Estado, que han tenido o tienen proximidad con el Gobierno, ha sido un motivo para la presión judicial de periodistas?, ¿en qué momento los periodistas pasaron de ser vigilantes a vigilados?
Y lo que se desprende de esta imputación de cargos es todavía más complejo. Se pone en riesgo a las fuentes reservadas cuando las instancias judiciales las develan, lo cual conduce a la violación de la reserva constitucionalmente protegida.
Sobre el perfilamiento de periodistas realizado desde el Ejército nos preguntamos ¿qué significan estas prácticas, concretas y verificadas llevadas a cabo por instancias del poder político de quienes tienen un papel público en la sociedad?; ¿es oportuno, deseable y sobre todo benéfico para una sociedad que la opinión sobre los temas de la agenda pública sea homogénea?, ¿es democrático que comunicadores y periodistas sean sometidos a monitoreos y vigilancia por parte de las autoridades de un Estado por razones de lo que informan, de lo que piensan o lo que expresan públicamente?
La Presidencia y todas las autoridades gubernamentales deben garantizar el trabajo de organizaciones del periodismo preocupadas por la defensa de la libertad de expresión y no permitir el ejercicio indebido de presiones sobre sus derechos. Nos preguntamos entonces si ¿es necesario estigmatizar a organizaciones de derechos humanos y libertad de expresión, democráticas y reconocidas como la FLIP, sin razones contundentes y fundamentadas?, ¿es legítimo presionar con investigaciones criminales a organizaciones sociales que defienden las libertades civiles?
Por su carácter instrumental (Arendt, 2005), la violencia se vale de herramientas y dispositivos entre los que se encuentran marcos jurídicos que, para el caso del periodismo y la libertad de expresión, llegan a aplicarse con la intención de prohibir, desaparecer o desvanecer un determinado tipo de voces y discursos.
Las consecuencias de este uso imaginativo de mecanismos legales en contra del ejercicio del periodismo son autocensura, pérdida de la capacidad de investigación periodística, surgimiento de un periodismo precavido. Los excesos de judicialización del periodismo están amenazando la libertad de expresión y el derecho a la información.
El rol del periodismo en la sociedad y en la democracia no es callar. Tal como lo concibe el Consejo de Europa, el periodismo de calidad descansa en estándares comunes de ética profesional, aunque toma diferentes formas de acuerdo con contextos geográficos, legales y sociales, pero en todos los casos persigue el objetivo compartido de actuar como un vigilante público en sociedades democráticas y de contribuir a la conciencia y la ilustración públicas.
En este punto, una estrategia orientada a fortalecer el sistema de medios públicos es imprescindible para evitar de manera tajante que sea utilizado para fines de propaganda gubernamental o que sea censurable por poderes políticos, y, al mismo tiempo, por permitir que surja y crezca un periodismo de interés público con independencia demostrable de los poderes y caracterizado por la construcción permanente de confianza y credibilidad ante la ciudadanía. En Colombia es evidente la poca preponderancia del debate público sobre este tema. Sin un sistema de medios públicos, de interés público genuino e independiente, se seguirá favoreciendo la propaganda gubernamental y el uso indebido de recursos públicos para fines partidistas.
Un alto grado de autonomía es visto como un elemento de gran importancia para que el periodismo pueda cumplir con sus funciones democráticas. Pero ¿puede el periodismo ser libre bajo un régimen de restricciones políticas o cuando está sujeto a presiones comerciales y del mercado?, ¿puede el periodismo cumplir con sus funciones de vigilante de los gobiernos y ser al mismo tiempo demandado por difamación por parte de funcionarios públicos?, ¿puede ser libre si se intimida a quienes lo ejercen y se les ataca hasta silenciarlos?
Nos proponemos hacer lo que como Universidad es nuestro deber ser. Convocaremos foros, encuentros, proyectos de investigación, diálogos virtuales alrededor de los temas y las preguntas aquí propuestas para presentar nuestras preocupaciones a las instancias del Estado y de la sociedad, que saldrán ganando con una libertad de expresión amplia, pluralista y democrática.
Profesores de comunicación y periodismo
Marisol Cano
Germán Rey
Maryluz Vallejo
Ginna Morelo
Mario Morales
Juan Ramos
Germán Ortegón
Laura Cala
María Patricia Téllez
Carlos Obando Arroyave
Claudia Pilar García
Mónica Salazar
Alexis Castellanos Escobar
Eduardo Gutiérrez
Andrés Lombana
Juan Carlos Valencia
Liliana Gómez
Óscar Escamilla
Paula Ospina
José Miguel Pereira
Patricia Bernal Maz
Óscar Fonseca
Andrea Cadelo
Óscar Moreno Martínez
Mauricio Sáenz
Pedro Adrián Zuluaga
Bibiana Mercado
Hernando Salazar Palacio
Cindy Morales
José Miguel Gómez
Pablo Correa Torres
Julián Isaza
David González
Carlos Eduardo Cortés
Sergio Ocampo Madrid
Lina María Manrique
Nelson Castellanos Prieto
Sara Trejos
Nathalia Salamanca
María Clara Calle Aguirre
Julián Espinosa
Ernesto Cortés
William Ricardo Zambrano Ayala
Winston Manrique Sabogal
Angélica María Cuevas Guarnizo
Andrea Aguilar Córdoba
Óscar Escamilla
Germán Izquiero Manrique
Carlos Adolfo Cortés Martínez
Mariana Serrano Zalamea
Alejandra de Vengoechea
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Bogotá, 21 de octubre de 2010