La acentuación de la crisis política peruana en los últimos años provocó no solo una permanente incertidumbre en la mayoría de ciudadanos respecto a su futuro inmediato, sino también el descrédito de la prensa como institución que brinda un servicio público, que es el derecho al acceso a la información.
Una encuesta que realizó el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) en mayo de este año demuestra, por ejemplo, que el 65 % de peruanos cree que los medios están cubriendo de manera parcializada las recientes protestas sociales contra el gobierno de Dina Boluarte.
Partiendo de este panorama, se llevó a cabo el taller ‘Periodismo sin sesgos: hacia la despolarización del debate público’, a través de una conversación virtual con 41 periodistas del Perú. Como invitados estuvieron la maestra Gloria Castrillón y los periodistas peruanos Adriana León y Diego Salazar.
El problema periodístico en la coyuntura peruana
“La prensa no se mete a fondo con Dina Boluarte como con Pedro Castillo”, anotó Adriana León como claro cuestionamiento a la fiscalización que los medios realizan sobre los gobernantes de turno, la cual se desarrolla según la postura ideológica que representen.
Las portadas de los diarios después de las últimas marchas contra el actual gobierno, minimizándolas y hasta celebrando su supuesto fracaso, parecieran querer negar la realidad, ya que la indignación ciudadana continúa presente en las calles, subrayó la representante del Instituto de Prensa y Sociedad.
Pero esta no es más que la profundización de un problema ya patente desde el 2021, cuando Pedro Castillo y Keiko Fujimori protagonizaron las últimas elecciones generales del Perú.
En esta, los grandes medios de comunicación nacionales se plegaron al discurso de la candidata de derecha, Fujimori, y minimizaron al candidato de la postura izquierdista, Castillo.
“El cenit de ese problema fue que al día siguiente de la votación la candidata Keiko Fujimori dijo que había habido un fraude electoral, y algunos medios le siguieron el juego”, recordó Diego Salazar, además de otros episodios que reflejaron un radical sesgo, como la decisión de América Televisión de no transmitir el último mitin electoral de Castillo y sí el de Fujimori.
Frente a ello, la ética suele ser un término olvidado, pese a que a nivel teórico se desarrolle en códigos, principios rectores y manuales en todos los medios de comunicación grandes, así como en entidades como el Consejo de Prensa o la Sociedad Nacional de Radio y Televisión. “Los mecanismos de autorregulación están ahí, pero falta reforzarlos”, adujo Salazar.
Por esta y muchas otras razones la prensa, según el periodista, se ha perdido la confianza y el respeto de la ciudadanía a pulso. “¿Con qué cara les vamos a decir a la ciudadanía que respeten nuestros mecanismos de autorregulación?”, se preguntó, tras enumerar los episodios que demuestran la parcialización mediática sobre nuestros candidatos electorales.
Un gran primer paso
La contribución de la prensa para el sostenimiento de la democracia pasa por no repetir las malas prácticas del pasado, pero no sin antes aprender a ser conscientes de ellas, ejercitando la autocrítica.
En ese sentido, el oficio periodístico debe reconocer que no hay mejor guía que la empatía entre seres humanos, es decir, el esfuerzo por comprender a las personas, en este caso, abordadas o entrevistadas desde el oficio periodístico, independientemente de la postura ideológica que tengan o hasta los estigmas que carguen.
Diego Salazar manifestó su interés en otro de los aspectos rescatables de la prensa: “Si bien hemos perdido prestigio y confianza, hay una cosa que no hemos perdido: la capacidad de amplificación de la información. Cuando un medio dice algo, la audiencia crece exponencialmente. Y entender eso es ser consciente de que el trabajo va a tener un impacto en la gente, y eso es un buen primer paso para trabajar con responsabilidad”.
Obstáculos en el oficio
“Hay una responsabilidad de los gremios periodísticos, ya que no hay debate. El principal peligro es que la ciudadanía no tiene respeto por ellos porque, para empezar, no estamos discutiendo nuestros problemas entre nosotros y la sociedad civil”, señaló Adriana León, en referencia al hábito que se debe empezar a practicar dentro de las salas de redacción y los gremios periodísticos.
“No hay capacidad colectiva de sentarse a conversar”, lamentó.
Pero otro de los escollos que la prensa peruana tiene enfrente es que “la polarización hace que cuando un periodista comete lo que se percibe como algún tipo de falta, se le critique dependiendo de dónde esté ubicado ideológicamente, bajo la lógica de guerra cultural”, señaló el periodista Diego Salazar.
Hay otros factores que, evidentemente, se suman a los problemas que cargan las personas que hacen prensa, como la falta de un modelo de negocio que garantice la rentabilidad y la calidad periodística, y la subsecuente endeblez financiera que rompe la continuidad de los equipos de trabajo.
Sobre la moderadora
Gloria Castrillón Pulido es periodista colombiana especializada en temas de política, conflicto armado y derechos humanos. Dirige Colombia 2020, una campaña pedagógica para el posconflicto de El Espectador. Tiene 29 años de experiencia en medios escritos y digitales. Se ha dedicado, en los últimos años, a la cobertura del conflicto armado y las negociaciones de paz con las FARC, el ELN y las AUC. Ha escrito en coautoría con otros periodistas tres manuales de periodismo.
Sobre los ponentes
Adriana León es periodista; directora del área “Libertades Informativas”, del Instituto de Prensa y Sociedad, una organización de periodistas que defiende la libertad de expresión, el derecho al acceso a la información y promueve el periodismo de investigación.
Diego Salazar es periodista y escritor, cuyo trabajo aparece en distintos medios, como The Washington Post, The New York Times, El País, Etiqueta Negra, Ojo Público y Radio Ambulante. En el 2018 ganó el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Reportaje, por una investigación coescrita con la periodista y escritora Gabriela Wiener.
Sobre el taller
La charla virtual fue convocada por la Fundación Gabo, en alianza con Inernews y gracias al apoyo de la agencia estadounidense USAID. Se realizó el jueves 27 de julio del 2023.