El periodismo debe advertir sobre la presencia y peligro de los poderes locales e ilegales en la ciudad. Este fue uno de los desafíos propuestos por el periodista Ernesto Cortés en el taller Ciudades sostenibles: las ciudades y los territorios como fuente de historias periodísticas, organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI-, con el apoyo de Findeter, en la ciudad de Medellín.
“Esos poderes los hemos mirado muy de reojo durante décadas y creo que en buena parte de nuestras grandes ciudades han venido compitiéndole en presencia al mismo Estado. Me estoy refiriendo a poderes que se han enquistado en esas ciudades, que cuando no están controlando negocios o ciertos territorios, están intimidando a la gente o enfrentando cara a cara a las mismas autoridades”, argumentó Cortés.
Algunos ejemplos de esos “poderosos” son: los urbanizadores piratas de tierras, las mafias del microtráfico de droga, los contrabandistas, los explotadores sexuales, la trata de personas, el crimen organizado, los ‘carteles’ de obras públicas, del espacio público, del hurto de celulares.
Para exponer la relevancia de estos actores, Cortés contó cómo una colega experta en el tema del paramilitarismo en Colombia le hizo ver que los piratas de tierras son una amenaza mucho más real para los periodistas que los propios paramilitares.
Por eso hizo hincapié en el imperativo que tienen los periodistas y medios de comunicación de dejar de mirar “de reojo” estos fenómenos y advertirle a la sociedad sobre su presencia e ilegalidad. Eso sí, en su cobertura debe primar la comprensión y explicación de los procesos urbanos y no solo atenderlos como objeto de coyunturas informativas.
Una ciudad posible
A pesar de estos aspectos negativos de la vida urbana, que son comunes en las ciudades latinoamericanas, Ernesto Cortés también planteó como gran reto de los medios convencionales y alternativos construir, a partir de la información, una ciudad posible. Esto significa que esa información contribuya a promover la participación ciudadana, las soluciones a los problemas urbanos y le dé rostro a las historias de las personas que habitan las ciudades. Este es un asunto que parece darse por sentado pues “la inmediatez ha hecho que los periodistas estemos olvidando escuchar a la gente”, lamentó Cortés.
También insistió en que los periodistas tienen que entender la ciudad, comprender su diversidad e incluso explorar su caos, que es un mundo abierto para el ejercicio de reportería. “La calle es una fuente de inspiración. No podemos dejar que nos sobrepase”, agregó.
Sobre esta reflexión, el propio director general de la FNPI, Jaime Abello Banfi, expresó que “las ciudades no son para sufrir sino para ser felices” y por eso el periodismo debe contribuir con su cobertura informativa en la búsqueda de soluciones. Pero ello advirtiendo que “las ciudades no son solo el espacio, el territorio y los problemas, sino también el escenario de las conexiones humanas”.
Un tema fundamental para aportar a esa construcción de ciudad es, en concepto de Cortés, la convivencia ciudadana. El recientemente renovado Código de Policía es un ejemplo de ello: “es la consecuencia de nuestras conductas urbanas. Evidencia que no hemos sido capaces de convivir en las ciudades colombianas”, sentenció.