La conmovedora imagen de Aylan Kurdi, de tres años, ahogado en la orilla de la playa turística de Ali Hoca está en numerosas portadas del mundo.
Es momento de que los editores tomemos consideraciones a la hora de elegir sus fotos motivo o referenciales.
El pasado 26 de septiembre la agencia de noticias MVT publicó 19 imágenes de cadáveres.
Traducimos aquí al español la columna de Fred Ritchinn sobre la polémica suscitada tras el otorgamiento del premio World Press Photo 2013 al sueco Paul Hansen.
Hansen ha afirmado en declaraciones publicadas por el diario alemán Spiegel que la “mágica luz en ese callejón de Gaza era el tipo de luz que un fotógrafo solo captura una vez cada pocos años, y no algo creado luego del hecho por un computador”.
En la reportería gráfica el fotógrafo suele responder a sus editores, mientras que en la fotografía documental es usual que él o ella siga su propia nariz buscando un producto más personal, con mirada de autor.
Experto en ilustración y animación digital, ha publicado en Youtube dos videos donde explica, paso a paso, por qué cree él que la más reciente fotografía oficial de Hugo Chávez publicada por su gobierno fue manipulada digitalmente.
Es de destacar que El País reconoció pronto su error y pidió disculpas oportunamente a sus lectores.
La web Fotocopias Colombianas lleva el tema de la ética periodística a la imagen, donde también se presentan deterioros y confusiones en su uso.
Algunos medios no publicaron la imagen por ser demasiado cruda, otros la editaron para que no se vieran los cuerpos de las personas heridas.
Hasta el momento, nadie se ha atribuido la autoría del montaje, aunque algunos usuarios de Twitter ya señalan al administrador de este blog.