Daniela Abad Lombana es la joven directora de la película The Smiling Lombana, cuyo estreno mundial fue en el primer día en el Festival de Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI). El documental presenta a su abuelo Tito Lombana y un gran secreto familiar que la cineasta descubre a través de su investigación para dicha obra. Un secreto que también encierra la historia de Colombia y que fue una tragedia para sus seres cercanos. La relación con el narcotráfico de Tito, conocido por ser el autor de Los Zapatos Viejos, cambió el destino de su familia para siempre.
Abad fue la invitada especial al segundo día de la Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural, en la que atendió las preguntas de los 15 periodistas becarios, quienes a través de la guía de los maestros invitados, Stephanie Zacharek y David Trueba, buscan afinarse como críticos de cine.
Aunque conversó principalmente sobre su filmografía —compuesta además por el documental Carta a una sombra, que relata la vida de su otro abuelo, el inmolado Héctor Abad Gómez— Daniela también habló sobre periodismo.
“Los documentalistas tienen mucho miedo a que sus películas parezcan periodismo”, fue una de las apreciaciones que compartió Daniela tras su encuentro con los becarios. Ella atribuye ese temor al encasillamiento del periodismo, en la mirada de los cineastas, como un ejercicio puramente informativo y poco reflexivo. “Pero yo creo —aclaró— que el buen periodismo se parece al documental y se parece mucho a la literatura. A eso el documental, cuando se aleja de la mera información, se parece también mucho”.
El maestro David Trueba explicó a los becarios momentos antes del encuentro con Daniela que no se puede hacer un comentario sobre un oficio sin respetarlo y sin entender las claves del mismo que lo hacen complejo. Por eso los participantes escucharon atentamente a la directora, quien profundizó sobre la concepción, planeación y estructuración de un documental. Estas son algunas de las reflexiones que dejó en el encuentro.
1. Historias similares a veces requieren distintos recursos narrativos.
“The Smiling Lombana y Carta a una sombra son dos películas que se relacionan porque son dos tratamientos distintos para hacer una película sobre personas que no existen. En Carta utilizamos el archivo sonoro de Héctor Abad Gómez y en Smiling Lombana usamos el archivo fílmico”.
“En ambos casos usamos testimonios, pero son dos maneras de hablar de personas que no están y no se pueden defender a sí mismas. Lombana es un personaje muy camaleónico, muy cambiante y se cuenta a través de muchas personas. En el caso de Hector Abad Gomez intentamos tener una única línea”.
2. Conversar y escribir despierta las historias.
“Cada película requiere de su método. A mí lo que me gusta es conversar con la gente, con amigos. A través de esas conversaciones va saliendo la historia. Y escribo mucho, cualquier cosa que se me vaya ocurriendo, de forma desordenada. Después, eso va adquiriendo un sentido. Escribir espontáneamente me ayuda a tener pensamientos que no tenía”.
3. Hay que investigar a fondo al personaje y su contexto.
“Después [de pensar en la historia] viene una tarea más juiciosa de investigación del personaje, del momento histórico. Me parece muy importante que las historias se relacionen siempre con un momento histórico de los lugares donde suceden”.
“Cuando estoy demasiado metida en la investigación es como si la historia se metiera tanto en ti que de repente cualquier cosa que ves o lees empieza a tener relación con esa historia. Intento tener el máximo de información posible y después olvidarme de todo para que eso trabaje de forma inconsciente”.
4. Es necesario tener una estructura previa de la historia...
“Yo sabía que The Smiling Lombana debía tener tres líneas. Primero, las entrevistas y la forma de firmar los planos abiertos y no tan cerrados, para mostrar los espacios que habita la gente. Ese es el objeto del documental: mostrar qué espacios habitamos, qué objetos tenemos. Por eso está filmado de esa manera".
“Había una segunda línea que era la línea de archivo y una tercera que era metafórica. No sabía exactamente qué metáforas íbamos a usar. Sabía que quería que la película tuviera unos momentos más poéticos y que esos momentos iban a coincidir con las reflexiones que salieran en la película . Sabía que era una película que comenzaba y terminaba en el mismo punto y tenía un clímax que era el narcotráfico. A ese clímax teníamos que sumarle capas que generaran dudas sobre el personaje. Un conflicto inicial que halara al espectador para tenerlo interesado”.
5. ...Pero el documental se termina de escribir en el montaje.
“La escritura de los textos o las reflexiones que tiene la película se fueron creando en la edición. Yo sabía que tenía que hacer que la historia fuera colombiana pero universal. Pero eso fue algo que se fue formando más en el proceso de edición, inspirado por las imágenes que teníamos. Esas imágenes no fueron creadas para ese texto, sino que los textos fueron creados para las imágenes. Uno puede planear mucho las películas, pero los documentales son muy impredecibles. Casi que uno construye la película en el montaje”.
6. Contrastar testimonios enriquece al personaje.
“Yo sabía que el personaje [Tito Lombana] se escapaba todo el tiempo e iba a cambiar. Sabiendo y siendo conscientes de eso, construimos al personaje a muchas voces, intentando que las opiniones de esas personas fueran contrastadas. Yo sabía que mi tía iba a hablar de su parte positiva, desde el amor de una hija a su padre. No sabía qué iban a decir los hermanos, pero buscamos que esas opiniones fueran distintas y cambiantes para darle un ritmo al documental, hacerlo más activo, darle información constante y para que el personaje se dibujara y se desdibujara todo el tiempo".
7. La verdad absoluta no está en un documental.
“En el caso del documental, me parece difícil encontrar la verdad. Uno cree que los documentales se centran en decir la verdad, que todo lo que se diga en un documental es necesariamente cierto. No. No existe una verdad absoluta. Existen muchas versiones de esa verdad. Eso también es difícil porque mucha gente se siente traicionada. Mi abuela se fastidió mucho cuando el documental decía que Tito la había abandonado cuando se fue de Colombia. Que eso no era cierto. El problema es que la memoria es muy creativa".
Acerca de la Beca Gabo
La Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural es organizada por la FNPI-Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, el Ministerio de Cultura de Colombia y Cartago Foundation, con el apoyo del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci) y el Centro de Formación de la Cooperación Española.