Cinco debates de ética periodística que produjeron las elecciones presidenciales en Colombia
23 de Junio de 2022

Cinco debates de ética periodística que produjeron las elecciones presidenciales en Colombia

Publicación de información falsa, revictimización y militancia política protagonizaron la contienda electoral por la Presidencia de Colombia.

 

La contienda política de los últimos meses por la Presidencia de Colombia, que finalizó el pasado 20 de junio con la elección de Gustavo Petro como primer mandatario, provocó todo tipo de debates ante la ola de información generada por los candidatos. Si bien no faltaron piezas periodísticas de gran utilidad e interés  para los votantes y la opinión pública, el aluvión noticioso fue insumo para la generación de contenidos tendenciosos, algunos publicados en medios masivos de comunicación.

Este manejo informativo generó cuestionamientos sobre el papel que debe asumir el periodismo ante ciertas situaciones; por eso aquí enumeramos cinco debates de ética periodística que generaron las elecciones presidenciales de 2022 en Colombia.

La foto de la hija de Rodolfo Hernández: ¿cómo entrevistar a víctimas de la guerra?

Uno de los debates más notables se dio tras la entrevista al candidato Rodolfo Hernández en Noticias RCN, en el que la periodista Maritza Aristizabal le mostró en vivo una imagen de Juliana, su hija secuestrada y desaparecida por una organización guerrillera, para luego cuestionarle si, aun con el dolor que siente, es capaz de negociar a un acuerdo de paz con este grupo armado, tal y como el candidato lo había anunciado durante su campaña.

Ante las reacciones que causó en redes sociales la situación, la periodista Yolanda Ruiz, corresponsable del Consultorio Ético de la Fundación Gabo, explicó que cuando los periodistas se enfrentan a una persona que ha sido víctima de violencia, la ética aconseja tener como norte siempre la empatía y el respeto.

Para Ruiz, aunque el trabajo de un periodista es preguntar sin importar las circunstancias, por lo menos debe haber autorregulación para evitar revictimizar a las personas con preguntas que ahonden el daño sufrido.

Nubia Rojas, periodista y consultora experta en temas de paz y conflicto, señaló que aunque el reportero puede hacer las preguntas que crea necesarias también debe hacer un abordaje especial en temáticas como la violencia, la muerte y demás consecuencias de la guerra. 

Rojas aconseja que el periodista debe evitar que las víctimas vuelvan a sentir el dolor, conocer hasta dónde está dispuesta hablar, no manipular su dolor y contrastar la información.  Además, señala que no todo vale, ni en el periodismo ni en la vida, por eso se debe tener cuidado al tratar este tipo de temas.

La audiencia del ‘Pollo’ Carvajal que nunca tuvo lugar: ¿cómo rectificar una información errónea?

Otra situación que generó cuestionamientos tiene que ver con una noticia emitida por Noticias Caracol, en la que se informó que Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, exmilitar venezolano preso en España, había ratificado desde Madrid su versión sobre la financiación del chavismo al candidato Gustavo Petro en los últimos años. La audiencia, contó el reporte, se había llevado a cabo de forma virtual ante una magistrada de la Corte Suprema de Justicia de Colombia.

Tras la publicación de la noticia los abogados del candidato presidencial confirmaron que dicha diligencia nunca se llevó a cabo, y el noticiero colombiano se vio obligado a rectificar la información al aire.

Posteriormente, el director del informativo, Juan Roberto Vargas, explicó lo sucedido: “Según nos lo reportó una periodista que presta sus servicios a la Alianza Informativa Latinoamericana, de la que hace parte Noticias Caracol, aseguramos de buena fe, basados en su información –ya que ella se encontraba en el lugar de los hechos–,  que la diligencia se realizó”. Vargas procedió a disculparse con la teleaudiencia y con las “personas afectadas con la información errónea”, sin mencionar a Petro directamente.

Situaciones como estas llevan a cuestionar si una rectificación es suficiente para remediar el daño ocasionado en términos informativos y qué acciones debe tomar un medio de información para evitar este tipo de situaciones. 

Álex Grijelmo señala, en una respuesta en el Consultorio Ético, que la única estrategia para evitar las noticias erróneas consiste en verificar toda la información que obtenemos y en no conformarse con lo primero que nos cuentan. 

Agrega Grijelmo que “las noticias que se hallan en desarrollo son necesariamente incompletas, y se pueden dar a conocer a medida que se conozcan los datos. Lo que no se permite, por razones de ética periodística, es difundir informaciones sin comprobar". 

Así, ante la inmediatez es recomendable verificar y comprobar la información antes de publicar. En esta misma posición opina Gumersindo Lafuente, quien señala que el periodista debe contar datos ciertos y no suposiciones. Si no tiene la información completa, lo que se sugiere es ir contando lo que se sabe y posteriormente ir ampliando la información. 

"Es muy importante la prudencia. Nunca debemos perder el rigor por la velocidad. En ese sentido sí es mejor llegar un poco más tarde pero no equivocarse" manifiesta. 

Ahora bien, ¿qué hacer cuando se comete el error? Saber cómo proceder después de publicar una información falsa también implica un compromiso ético por parte del periodista y del medio de comunicación. 

En casos así, Javier Darío Restrepo recomendó tener en cuenta que se debe atender dos derechos: el de la persona afectada a su buen nombre; y el de los que se informan por este medio, que es el derecho a la información verdadera. 

"Para el cumplimiento debido a los dos derechos, se recurre en la práctica al retiro del mensaje incorrecto y a la publicación de un texto que aclare la noticia de modo que se despejen las dudas", indicó Restrepo en una de las respuestas del consultorio ético

De esta manera, según refirió el maestro de ética periodística, "la persona afectada recibe así una debida reparación que constituye una manifestación pública de buena voluntad".

A pesar de ello, Javier Darío Restrepo recalca que es "menester reconocer que es insuficiente porque las personas que recibieron la información equivocada no son necesariamente las mismas que tienen acceso a la información de rectificación". 

La publicación de los ‘Petrovideos’: ¿cómo proceder al difundir una información con fuente anónima?

Uno de los temas que sacudió los días previos a la elección tuvo que ver con la publicación de lo que Revista Semana bautizó como ‘petrovideos’: la filtración de una serie de grabaciones editadas de reuniones privadas de la campaña de Gustavo Petro, en la que se planean aparentes estrategias de difamación contra otros aspirantes a la presidencia.

Semana aseguró haber recibido las grabaciones de una persona que, sin revelar su identidad al medio, se reconoció como “militante de la Colombia Humana”, partido político del candidato presidencial. “Usando mecanismos encriptados de comunicación, alojados en servidores fuera de Colombia, la fuente remitió a esta revista horas y horas de video”, explicó el medio, que defendió la credibilidad de su informante.

El hecho planteó un debate sobre la ética de publicar un material filtrado por una fuente de la que, como Semana admitió, se “desconoce totalmente su identidad”.

“Por tratarse de una información de interés nacional”, justificó la revista, “la decisión fue publicar el contenido ante el compromiso de esta casa periodística con los lectores, la democracia y todos los colombianos”.

En una respuesta del Consultorio Ético, Mónica González sostuvo que citar una fuente anónima es una opción excepcional si el periodista tiene la certeza de que los hechos que va a revelar son fidedignos y es consciente de que las fuentes se han atrevido a revelar a pesar de arriesgar su seguridad personal y/o familiar, lo correcto es protegerlas con el anonimato.

Por su parte, Javier Darío Restrepo recomendó que en el caso de ser necesaria la reserva de la fuente, se mencione al menos una aproximación que acredite la autoridad con que la fuente habla del tema, pero además, se le deben explicar al lector las razones por las que se calla el nombre de la fuente.

“Para el periodista es un deber preservar la seguridad de sus fuentes; al fin y al cabo se trata de colaboradores suyos y de su audiencia, que permiten el acceso a la verdad de los hechos”, advirtió el periodista, señalando que de no hacerlo así cada vez sería más reducido el número de fuentes y se restringiría la posibilidad de las audiencias de acceder a la verdad, en especial cuando se trata de informaciones que conciernen a los intereses públicos y que se busca invisibilizar.

Sin embargo, en otra de sus respuestas en el Consultorio, Restrepo advirtió que “la intencionalidad de quien envía anónimamente videos (...) suele ser la de atacar contendores políticos sin dar la cara y oculto tras el nombre y credibilidad del medio de comunicación”. 

En ese caso, añadió Restrepo, “quien publica este material sin confirmarlo, le hace el juego a un anónimo remitente y se expone a ser manipulado” e indicó que antes de la publicación, se debe consultar “a la persona acusada en el documento visual: ella tiene el derecho de dar su versión antes de cualquier publicación de la acusación”.

Jorge Gómez Pinilla y su columna borrada: la ética de las columnas de opinión

La historia de la hija secuestrada del candidato Rodolfo Hernández provocó un nuevo revuelo en la conversación pública –y trajo consigo debates adicionales sobre ética periodística–, esta vez tras una columna publicada por el periodista Jorge Gómez Pinilla en El Espectador, en la que se refiere al posible paradero de Juliana Hernández, basándose en fuentes y evidencias cuestionables y no verificadas.

Las reacciones no se hicieron esperar y El Espectador tomó la decisión de despublicar la columna de su portal web, pero además, su director, Fidel Cano, tuvo que salir a dar explicaciones sobre el hecho. Según dijo en un video publicado en el mismo medio, la decisión de permitir que la columna se publicara obedeció al compromiso del medio de defender la libre expresión y no censurar. Sin embargo, se despublicó tras un acuerdo con el autor, quien reconoció que se dejó llevar por la calentura de la campaña por la presidencia.

En una de las respuestas del consultorio ético, Javier Darío Restrepo comentó que cuando un periodista –sea reportero o columnista- acusa, puede afectar la fama de alguien. Por ello, las acusaciones deben apoyarse en razones sólidas. 

Con la acusación se comprometen además "la imagen que otras personas o grupos tienen de esta persona; el honor, que se ha construido con los valores vividos; es lo que se describe como 'la sombra de la virtud' o patrimonio moral. Si se tiene en cuenta este efecto, cualquier acusación debe apoyarse en razones sólidas". 

Restrepo también aclaró que el daño hecho por estas noticias nunca se repara totalmente. "Las normas sobre rectificación son tajantes: en la medida de lo posible, se debe reparar el daño hecho, o, al menos, disminuirlo. La rectificación debe ocupar el mismo lugar y espacio de la información dañina; ha de ser tan clara y explícita como lo fue la información ofensiva, por tanto debe hacerse sin equívocos, cuanto antes y poco después de la publicación dañina. Está de por medio el patrimonio moral de una persona, lo mismo que la credibilidad y peso moral del medio y del periodista". 

En cuanto a la publicación de información, uno de los principios éticos invitan a la verificación de la misma. Daniel Santoro indica en Técnicas de Investigación:  “Cuando se trata de un dato para publicar, debemos dudar siempre. Como dice el viejo axioma del periodismo norteamericano: si tu madre te dice que te quiere, compruébalo”. El periodista argentino, citado en una de las respuestas del consultorio ético de la Fundación Gabo, añade que la lectura del periodista debe estar poblada de preguntas. La verificación de información debe ser un ejercicio frecuente y necesario antes de la publicación de cualquier artículo periodístico. Así mismo, tal como refirió Javier Darío Restrepo, las normas éticas ordenan la publicación de pruebas cuando se acusa a alguien.

Periodistas que tomaron partido por un candidato: ¿es ético?

Otra de los debates que suscitó una contienda electoral tan polarizada como la de 2022 es el caso de periodistas activistas, que han tomado partido y demostrado afinidad con ciertos candidatos y partidos, pero además se han esforzado por desacreditar a otros, dejando de lado su imparcialidad. 

La revista Semana, por ejemplo, tituló una de sus ediciones “¿Exguerrillero o ingeniero?” para referirse a los dos candidatos que se disputaban la presidencia de Colombia: Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. La directora de este medio de comunicación, Vicky Dávila, promocionó la publicación en redes sociales con la etiqueta: “#ExguerrilleroOIngeniero. Si bien Petro pertenció al grupo guerrillero M-19 en la década de 1970 y 80, la relación que establece el medio podría considerarse parcializada, ya que menciona la profesión de uno de los candidatos y no la del otro, que es economista. 

De igual manera, el comentarista deportivo Carlos Antonio Vélez se pronunció tras los resultados de las elecciones en Colombia, que dejó a Petro, un candidato de izquierda, como ganador, dejando ver que no era la mejor opción. 

"Espero que los que hoy celebran en unos meses reciban lo prometido para no tener que decirles: 'Se les advirtió'. De ahora en más, vigilancia permanente para evitar y hacer visible lo que sospechamos van a hacer. Y una cosa: no mencionen a Dios cuando ni lo conocen ni lo respetan", expresó el periodista.

De igual manera, el periodista Gonzalo Guillén expresó su entusiasmo por el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez, dejando ver además su repudio al expresidente Álvaro Uribe.

"Se hace realidad mi sueño dorado: derrotado y sepultado el asesino y ladrón Álvaro Uribe, #ElMatarife, con toda su horda de narcotraficantes y corruptos. El nuevo presidente de Colombia es @petrogustavo y la vicepresidente @FranciqMarquezM", escribió. 

Ante situaciones como estas, Yolanda Ruiz señaló en el Consultorio Ético que el periodismo se debe a la sociedad en su conjunto y no solamente a una parte de ella, por ello, si hay varios candidatos o partidos en una contienda la ética invita a ofrecer a la audiencia información, contexto y análisis sobre las distintas opciones y también una mirada crítica sobre ellas. 

"No podemos olvidar nuestra labor de veedores de todos los poderes. Lo que más sirve a la democracia es el periodismo independiente que trabaja con rigor y con el menor sesgo posible", sostiene Yolanda.

Mónica González, en una respuesta del consultorio ético, advierte también sobre los riesgos de que un periodista comparta abiertamente su inclinación política.

"Los periodistas no deberían publicitar sus preferencias a partidos políticos, pues a partir de ese momento todo lo que informe sobre el mapa político, social o económico estará visto por su audiencia con un filtro que interfiere en la calidad de lo que entrega", señala la periodista chilena y maestra de la Fundación Gabo.

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