¿Un periodista deportivo puede ser crítico sin admitir a qué equipo simpatiza?
Respuesta de Gumersindo Lafuente
Un periodista deportivo puede decir o no con qué equipo simpatiza, en uso de su libertad. Eso no debe afectar a la ecuanimidad de su trabajo.
Por otro lado, defender unos determinados colores no incapacita para ser crítico hacia los jugadores que los visten o hacia sus directivos; antes al contrario, los hinchas de un equipo suelen ver mejor que nadie los defectos de su club.
Respuesta de Mónica González
Claro que sí, puede ser crítico de manera asertiva y creíble siempre y cuando su omisión respecto de cuál es el equipo que monopoliza su simpatía y adhesión no lleve aparejado otro silencio: eludir toda crítica a cómo se desempeña su equipo y no hablar de las irregularidades que rodean su gestión. Pero no hay que olvidar que el deporte, el fútbol por ejemplo, es una de las últimas fiestas transversales y populares que nos van quedando y desata grandes pasiones.
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Respuesta de Javier Darío Restrepo
Puede y debe serlo, como ocurre con el periodista que cubre política y que mantiene su talante crítico cuando informa sobre candidatos, partidos o gobiernos; o el periodista judicial que hace noticia sobre procesos judiciales, o el que cubre asuntos de religión, que tiene como temas las fallas o aciertos de las distintas religiones.
En cualquiera de esos casos, el periodista es consciente de que se juega su credibilidad y su peso moral con el as de la imparcialidad.
El lector u oyente que lo ve o lo oye por encima de cualquier parcialidad, le entrega toda su confianza y cree en su información.
Envía aquí tus inquietudes sobre ética periodística.
Adoptar un partido, hacer suya la causa de un grupo, persona, gobierno o equipo hace de su noticia una propaganda y, ya se sabe, la propaganda nunca es toda la verdad, sino una parte interesada de ella.
Esto no significa que el periodista no pueda tener su equipo, su candidato, su partido o sus preferencias religiosas; puede y debe tenerlos, pero esa preferencia no ha de interferir, ni opacar, ni hacer sombra sobre el carácter universal de su información. El periodista aspira y sabe que es su objetivo prioritario servir a todos con su información, en la que no debe haber parcialización alguna.