Es habitual que a los periodistas se los clasifique como de derecha o de izquierda. ¿Es eso sano?

Respuesta de Mónica González

Sano o no, es una realidad. Y es bueno asumir que todos tenemos alguna ideología y simpatía política. Pero la experiencia nos dice que lo óptimo es que no la proclamemos, que no seamos comparsa de esos partidos cuando asumen gobiernos o posiciones de poder. Y que a la hora de poner bajo la lupa al sector afín a tus ideas, seas más riguroso incluso que lo habitual. A la larga, esa independencia profesional deja huella.

Respuesta de Gumersindo Lafuente

No es lo ideal. El periodista, en la información, debe ser neutral. Atarse a los hechos y los datos. Dejar hablar a los protagonistas y a los especialistas. Tampoco puede ser equidistante. Su criterio debe servir para que lo que cuenta sea información útil para comprender la realidad. Escenario diferente es el de la opinión.

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Respuesta de Javier Darío Restrepo

Aunque es usual, esto es insano y contraría una de las cualidades que debe tener toda información: su universalidad. Periodistas y medios están hechos para servir a toda la sociedad; por eso el periodista reconoce como único amo al receptor de su información. El objetivo del periodista es producir una información que sea útil para todos, sin excepción alguna y que pueda ser recibida con total confianza.

Este es un ideal que la realidad matiza. Durante demasiado tiempo se ha considerado legítimo que el medio de comunicación esté bajo la sombre de financiadores, propietarios o accionistas sean de la derecha o de la izquierda, o de algún centro, porque así puede sobrevivir. Lo que inicialmente fue circunstancial se convirtió en regla. Pero al mismo tiempo se planteó un reto para el periodista trabajador en esos medios: preparar y difundir desde ellos una información universal y confiable, sin perecer en el intento, lo cual significó mantener intacta su conciencia e identidad profesional.

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¿Un periodista puede defender sus preferencias políticas en redes sociales?

De hecho el periodismo que, a pesar de todo, mantiene su universalidad, es el de mayor credibilidad y el que mejor servicio informativo presta. Cualquier denominación política o empresarial hace sospechoso al medio y al periodista de escribir, no información sólida sino propaganda, que es la información interesada en obtener compradores o prosélitos, pero no una visión independiente de la realidad.

Cada periódico que ha heredado la carga de un adjetivo político o comercial tiene el deber de ser y parecer universal en sus trabajos y en su actitud. Así trabaja en el fortalecimiento de su independencia.