El feminismo, descrito por la Real Academia de la Lengua Española como una doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos antes reservados a los hombres, se ha ido impregnando en todos los espacios de la sociedad en los últimos años, llegando así a esferas como la política, la economía y promoviendo acciones que han resultado en la aprobación de leyes en pro de la igualdad de género.
En los últimos años han surgido en la región medios que retratan la realidad de la sociedad desde una óptica femenina, preocupados por una agenda feminista en la que la desigualdad y la discriminación de lo diverso suelen ser unos de los problemas que proponen combatir con buen periodismo. En este sentido, la Fundación Gabo realizó el conversatorio ‘El feminismo que impregna el periodismo’ en el marco de la 10° edición del Festival Gabo, que se llevó a cabo en Bogotá, donde periodistas expertas de Iberoamérica hablaron de sus experiencias al frente de medios de comunicación feministas.
Quimy De León, periodista guatemalteca de Prensa Comunitaria y de la Revista Ruda, manifestó durante el encuentro que su decisión de hacer este tipo de periodismo se debe a una deuda personal con los asuntos que involucran los intereses de las mujeres. Sin embargo, no ha sido fácil, porque parte de la cultura patriarcal, interiorizada en la sociedad, hace que haya cuestionamientos constantes sobre el feminismo: se suele pensar que va en contra de los hombres y que es activismo puro, cuando en realidad, agrega, el periodismo feminista "contribuye a crear conocimiento, porque interpreta las realidades de las mujeres".
“Lo que nosotros hacemos es una función social, un análisis interpretativo de lo que vivimos las mujeres. El periodismo feminista pone a las mujeres en el centro de la narrativa; es decir, expone sus intereses, problemáticas y motivaciones”, aclara De León, quien además señala que este periodismo no habla solo de las mujeres, sino de aspectos que les interesan a las mujeres en temáticas tan variadas como la guerra, la paz, el reciclaje o el medio ambiente.
La periodista centroamericana plantea que el periodismo feminista debe reflejar la agenda feminista, las demandas de las mujeres que están en las calles exigiendo acceso a un aborto libre y seguro, el matrimonio igualitario, entre otros temas, pero advierte que eso no significa que este tipo de periodismo no sea riguroso, que no use los datos o no se valga de otras herramientas del periodismo para hacer investigación o reportería.
En el caso de Guatemala, De León señala que los medios tradicionales siguen culpando a las mujeres de la violencia que se ejerce contra ellas, y aunque los nuevos medios sí hacen trabajos con enfoque feminista, cuestiona que no asumen la agenda como debería ser. Además, existe una agenda conservadora que ha ido aumentando los controles y el autoritarismo, con casos como la política de derecha casada con los fundamentalismos religiosos, lo que está haciendo cada vez más grave la situación que viven las mujeres violentadas en la región.
Periodismo para la historia
La brasileña Natalia Viana, directora de Agência Pública y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, recuerda que en un momento de su carrera empezó a darse cuenta que había muchas historias en las que la prensa no ponía a las mujeres en el centro, así lo merecieran.
"Hace 10 años no se hablaba de violencia obstétrica, del derecho al aborto legal, eso no se tematizaba, violencia contra la mujer en el trabajo y en la casa. Inspiramos mucha gente que después fundaron medios feministas", expresó Viana al referirse a los temas que empezó a trabajar Agência Pública.
Viana señala que a partir de ello, también los medios tradicionales crearon sus unidades feministas, porque había un vacío en sus agendas. "Vieron que había una sed por estos reportajes que nosotras estábamos haciendo”. Sin embargo, pese a mostrar interés por nuevos temas, dice Viana, “no se cambió ni la cobertura, ni las estructuras de las historias tradicionales".
Eso se suma a la realidad que enfrenta la prensa feminista y las mujeres periodistas en general en Brasil: tienen que resistir los ataques a su credibilidad y reputación, y la estigmatización y burla de políticos de la talla del mismo presidente, Jair Bolsonaro. “Dice que [las mujeres periodistas] son una vergüenza”, cuenta Viana.
En tanto, Nathalia Guerrero Duque, periodista colombiana y cofundadora del medio Manifiesta, señala que este reto de hacer periodismo feminista ha sido un aprendizaje, porque le ha implicado garantizar la presencia de la diversidad en todos los contenidos que publica el medio, con el fin de hacer un periodismo que plantee nuevas objetividades.
“El periodismo que hace Manifiesta es feminista porque es consciente de la diversidad, lo mira a través de herramientas intersectoriales y está a la altura de este momento, de poderlo registrar, de amplificar lo que está pasando. Hasta ahora, es el primer paso de muchas cosas que vienen ocurriendo para el avance de nuestros derechos”, recalca Guerrero, quien invita a preguntarse cuáles son los fundamentos de un periodismo feminista, porque “los grandes medios de Colombia, en casos muy específicos, han adquirido una conciencia sobre una óptica de género con algunas temáticas, pero eso no quiere decir que se pueda hablar de periodismo feminista en sus redacciones, porque todavía les falta mucho”.
“Para el periodismo feminista, en el caso de Colombia, se han venido unos retos muy grandes con los grupos de derecha y líderes antiderechos, además de los que hay con el nuevo Gobierno”, advierte Guerrero, quien señala que, sobre todo, “hay que hacer veeduría al tema de igualdad de las mujeres y ser un lente crítico de lo que viene pasando, porque no porque tengamos en la vicepresidencia a Francia Márquez significa que inmediatamente vayan a pasar todas las cosas que queremos que pasen”.
"El periodismo feminista vino para quedarse"
Matilde de los Milagros Londoño, cofundadora de Volcánicas, aseguró que “el periodismo feminista se ha impuesto con mucho trabajo y en contra de todo pronóstico en la agenda pública, hasta el punto de que no pudieron evitarlo más”. Entre otros aspectos, reconoce que ya no es suficiente hablar del enfoque de género de los medios, sino que hay muchos medios en la región que son expresamente feministas.
“Había mucha reticencia a ver el periodismo de esta manera y a preguntarnos si eso de verdad existe, porque el prejuicio era que si el periodismo se llamaba feminista era más bien activismo, como si en el fondo del periodismo no hubiera una función social y como si esta no tuviera que ver con la discriminación histórica de grupos que han tenido que ser marginados como las mujeres y las diversidades y, además, como si el feminismo y el periodismo feminista no tuvieran su realidad en los datos”, advirtió Londoño.
Según la periodista, no ha existido problema en hablar de ciertos tipos y categorías del periodismo como investigativo, político o económico, pero cuestionan que se haga periodismo feminista. "No, eso no; eso es activismo. Pues no: el feminismo ocurre porque hay una realidad que estamos investigando con rigurosidad y que queremos retratar en estos medios de comunicación, porque el periodismo feminista vino para quedarse”.
Por su parte, Guerrero citó al crítico cultural Omar Rincón al decir que todos los medios –feministas, tradicionales– son activistas de algo. “¿Somos activistas de un grupo empresarial? Esa pregunta debe estar en las redacciones y hace falta que se la hagan los grandes medios".
Recomendaciones para apostarle al periodismo feminista
Hacer periodismo feminista puede implicar enfrentarse con varios obstáculos. La misma connotación "feminista" despierta críticas al relacionarlo con el activismo. No obstante, durante esta charla las periodistas ofrecieron recomendación para apostarle a hacer un periodismo preocupado por agendas en las que las mujeres existan y estén en el centro.
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Arriesgarse a hacer periodismo por una causa: la periodista Natalia Viana señala que a pesar de las dificultades, con el periodismo feminista se está aportando un cambio en la historia de la humanidad, “porque es difícil retroceder en la historia, aunque hay fuerzas que quieren que lo hagamos. Hay que seguir y saber que habrá derrotas y logros también”.
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Contar historias propias: la periodista Quimy De León invita a las mujeres a contar las historias suyas, de sus amigas, de sus madres y de las amigas de sus madres. “Hablemos entre generaciones, porque lo intergeneracional tiene mucho valor y poder”.
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Hacer una carrera de exploración: la periodista Nathalia Guerrero señala que quien se lance a hacer periodismo feminista tiene que recorrer "un camino donde se tiene que reaprender muchas cosas y desaprender, estar preparados para hacer un borrón y cuenta nueva y construir a la medida de una”.