Fue lanzado el más reciente Informe Anual de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), en el cual destaca que la censura de siempre está obligando a los periodistas colombianos a callar y fingir.
Pero al leer el informe en detalle, es posible ver que no se trata de la censura de siempre. Nuevas formas de censura se están levantando en Colombia, para silenciar a la prensa a través de métodos más sofisticados.
Aunque la violencia sigue siendo el principal arma para atacar a la prensa libre, el reporte dedica un capítulo entero a mostrar que también se presentaron en 2019 una buena cantidad de denuncias sin fundamento, tutelas al gusto y un puñado de procesos judiciales. El resultado: intimidación y censura.
La FLIP viene registrando los casos de acoso judicial contra periodistas en el país desde hace tres años, y esto ha servido para evidenciar que vienen en aumento. Mientras que en 2017 se presentaron 14 casos; en 2018, 38; y para 2019 la cifra asciende a 66.
Entre las formas de intimidación y censura destacadas por la FLIP en esta ocasión, figuran el allanamiento injustificado de redacciones, la ciberviolencia, el decomiso de periódicos, y las interceptaciones ilegales.
¿Cómo hacer frente a estas nuevas formas de censura? ¿De qué manera puede la prensa libre defenderse del acoso judicial? ¿Cómo puede un periodista seguir teniendo presencia en redes sociales a pesar de la ciberviolencia? ¿Cómo actuar cuando desde entidades como el Ejército o la Policía se intimida a los periodistas?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética es posible gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.