Este año la Cumbre del G20, que agrupa a los países con las economías más fuertes del mundo, tendrá lugar en Brasil y será especial porque el gobierno anfitrión ha insistido abiertamente en la importancia de la participación de la sociedad civil. Para discutir ideas sobre cómo aprovechar esta oportunidad y lograr incidir en las soluciones frente a la desigualdad estructural, representantes de organizaciones sociales y expertas conversaron en la charla virtual ‘Geopolítica del Sur Global: la presidencia brasileña en el G20 y los desafíos de equidad en América Latina’.
Jorge Coronado (activista en temas de justicia fiscal), Tatiana Berringer (Ministerio de Hacienda de Brasil), Alice de Moraes Amorim Vogas (de la organización filantrópica iCS) y Sara Branco (Asociación Brasileña de ONG - Abong) discutieron durante una hora y media bajo la moderación de la periodista chilena Mónica González. Abordaron temas como la necesidad de transformar las políticas fiscales, de incluir los aspectos de raza en la discusión y de hacer una incidencia de largo plazo después de la Cumbre.
Con esta discusión concluyó el segundo ciclo de ConversAcciones que organizan Oxfam y la Fundación Avina, con el apoyo de la Fundación Gabo, y que buscan construir agendas de acción hacia democracias más igualitarias.
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La sociedad civil en el G20
“¿Cómo garantizar que las demandas específicas de los sectores más vulnerables de la sociedad civil sean atendidas en este espacio?”, preguntó Mónica González. Las panelistas coincidieron en que este año la presidencia del G20 ha abierto espacios sociales realmente amplios y diversos, y que la elección de las prioridades temáticas –hambre, pobreza y cambio climático– es una muestra de cómo esta Cumbre puede responder a las expectativas de la sociedad civil.
Las participantes narraron cómo los distintos sectores sociales se están articulando de cara al C20, el espacio creado para la sociedad civil dentro de las cumbres del G20. Desde Abong, organización que coordina esta instancia, se crearon grupos de trabajo temáticos para garantizar que las voces históricamente excluidas sean escuchadas. Desde ahí, explica Sara Branco, las organizaciones irán elaborando recomendaciones que puedan incidir en la agenda final. Branco aseguró que se han reunido con organizaciones de base para darles a conocer el G20 e incentivar su participación, lo que ha llevado a que 2.100 representantes de la sociedad civil hoy estén inscritos en el C20.
Alice Amorim, del Instituto Clima y Sociedad (iCS), habló de los aportes que puede hacer la filantropía desde ahora para fortalecer la incidencia. Por ejemplo, desde iCS y otras organizaciones han contribuido con recursos y realizaron una Semana de Financiamiento Climático a inicios de este año. Desde el Ministerio de Hacienda de Brasil también se han hecho esfuerzos para traducir a la ciudadanía temas que parecen muy técnicos y así promover mayor interés en las discusiones del G20: “¿Qué significa en tu vida desigualdad, tributación, deuda?” son las cuestiones que, según Tatiana Berringer, han abordado en su pedagogía.
Retos económicos
Teniendo en cuenta que el G20 se considera el principal foro de cooperación económica internacional, la conversación abordó cuáles serían las políticas financieras necesarias para enfrentar esas grandes crisis de pobreza, hambre y clima. El aspecto fiscal fue central en la discusión. “Las políticas macroeconómicas tienen que transformarse para crear más espacio fiscal, garantizando las inversiones y las políticas de combate a la desigualdad”, aseguró Tatiana Berringer. Jorge Coronado destacó positivamente el hecho de que Brasil esté impulsando con fuerza un impuesto a la riqueza, a pesar de que los países más ricos del grupo lo vean con resistencia: “De ahí la Importancia de que países del Sur global estén en la presidencia de un organismo como este que es rígido, cerrado, poco democrático”.
Por su parte, Sara Branco planteó la necesidad de racializar el debate económico. “Si estamos en una región que se compuso por un pasado de esclavitud, tenemos que hablar de la racialización. El C20 creó un grupo de trabajo de economía antirracista como una forma de contribuir al debate de economías incluyentes”. Finalmente, Alice Amorim destacó que este año la Cumbre haya creado una conexión entre las conversaciones económicas y el cambio climático, lo que abre la puerta a que, por ejemplo, la filantropía priorice estos temas en sus agendas.
Después del G20
La participación de la sociedad en esta agenda va mucho más allá de lo que ocurra en Río de Janeiro en noviembre; es un proceso de cambios a largo plazo. Para Sara, el primer cambio es que después de la Cumbre la sociedad civil en Brasil se haya transformado: “El reto no es cambiar el mundo: es cambiar la mente de la gente para cambiar el mundo”, sostuvo. En ese sentido, Alice planteó la importancia de hacerle seguimiento a la implementación de lo pactado, pues a pesar de que los acuerdos son globales, muchas de esas políticas deberán impulsarse dentro de cada país para que se vuelvan realidad. “Este espacio global sirve para tener una convicción colectiva de las transformaciones que tienen que pasar, pero la implementación y muchas de las disputas políticas están a nivel doméstico”.
Aunque estuvieron de acuerdo en que los desafíos para superar las crisis que vive el Sur global son enormes, están convencidos de que la sociedad civil debe seguir activa. “Estamos en un momento de lucha, de construcción, de propuestas y de disputa, no renunciamos a entrar en esa disputa global”, concluyó Jorge.
Sobre el ciclo de ConversAcciones
Desde el 2021, Fundación Gabo, Fundación Avina y Oxfam LAC unen esfuerzos para crear espacios que permitan compartir las reflexiones y aprendizajes de la sociedad civil latinoamericana en su esfuerzo por fortalecer la democracia en la región. Dentro de estos espacios, en 2023 se realizó el primer ciclo de ConversAcciones, tres encuentros virtuales bajo la temática ‘De la imaginación a la acción: innovaciones democráticas en América Latina’. Las reflexiones y aportes que surgieron de ahí resultaron en la publicación del libro digital ‘Navegar la crisis democrática. Lecciones desde la sociedad civil latinoamericana’.
Este año, manteniendo la inspiración inicial, se realiza el segundo ciclo de ConversAcciones, esta vez en torno a una pregunta crítica: ‘¿Qué puede hacer la democracia frente a la tiranía de la desigualdad?’