En la tercera sesión del taller Mujeres líderes en la sala de redacción, Mónica González insistió en las estrategias para abordar temas ocultos. Volvió sobre las habilidades necesarias para aterrizar ideas y transformarlas, desde el buen periodismo, en historias útiles para todos los ciudadanos, cada vez más aplastados por sistemas democráticos debilitados. Pero retomó estos puntos de una manera más práctica: planteando un caso e imaginando que entre todas había que encontrar enfoque y fuentes para poder salir a reportear, como si se tratara de una reunión de pauta con el equipo de Ciper.
“Tengo esta historia y no estoy segura de cómo podemos hacerla. Necesito que piensen y me vendan un buen enfoque ya mismo: una mujer que vive en una zona muy deprimida y pobre, aparentemente se prostituye, consume drogas, y tiene un hijo muy chico que está en un centro de salud porque aparentemente fue violado, no se sabe por quién, pero no va a volver a su casa porque fue a parar en manos del Sename (organismo estatal chileno encargado de velar por los derechos de adolescentes y menores de edad en riesgo social), donde aparentemente también está sufriendo horrores. ¿Vale la pena que contemos eso que pasa a diario en cualquier barrio latinoamericano? ¿Cómo lo contarían ustedes?”, planteó González a las talleristas.
El debate fue de lo más básico a lo más complejo. Desde propuestas para contar la historia a partir de la reconstrucción de los hechos, que González rechazó: “¿Pero cuál es el sentido de decir únicamente eso?”; hasta planteamientos para hurgar en la historia de la mujer y del niño y evaluar cómo las instituciones competentes no actuaron para evitar que esto ocurriera.
“Yo abordaría el caso por el lado de lo que el Estado pudo haber hecho y no hizo, para mostrar cómo y por qué deja ciudadanos desprotegidos así. Cruzaría el relato de la mujer con las leyes que en teoría deberían respaldarla”, comentó Silvina Tamous, jefa de policiales del diario El Ciudadano, de Argentina.
Un enfoque similar fue el que propuso Cristina Tardáguila, directora de Agência Lupa, el primer medio de fack-checking en Brasil: “Esa mujer y ese niño son víctimas de una sucesión de errores y el primer responsable es el Estado. Eso hay que visibilizarlo pero además explicarlo y contextualizarlo”.
González, en su mejor papel de editora, todavía no estaba del todo convencida. Insistía en ir más allá. Preguntaba. Cuestionaba. “Sigan pensando, sigan”. Hasta que Guadalupe Lizárraga, de Los Ángeles Press, dio en el clavo: “Podríamos buscar cuánto dinero ha destinado el Estado para instituciones que se supone deben atender a mujeres y niños vulnerables, casi en situación de calle”. Y eso era. La ruta del dinero era a donde González quería llegar, para que un tema que a diario publica cualquier medio, se convirtiera en una historia valiosa:
“Rastrear los dineros no funciona únicamente para los grandes casos de corrupción. En Ciper lo hacemos siempre y es una fórmula que podemos aplicar a infinidad de temas. Hay que revisar los presupuestos aprobados, saber cuánto dinero le dieron a los hospitales y al Sename, quiénes son los responsables, ir al origen. Partiendo de esos datos, podemos irnos a chequear las instituciones, ir a mirarlas para describir cómo están, si están en buenas o malas condiciones, qué cosas funcionan, cómo están las paredes, las camas, los pisos, qué tipo de especialistas trabajan ahí y cuántos son. Chequeamos los ministerios de los que dependen esas instituciones, su staff, si han recibido capacitaciones. Luego hurgamos en los organismos de seguridad, en el dinero que el Estado les aprueba y lo cruzamos con el entorno de las víctimas”, propuso González, planteando algunas interrogantes: ¿Había seguridad en la zona donde vivía esta mujer? ¿La policía entraba a esta población? ¿Cuántas mujeres solas viven cerca? ¿Cuántos niños? ¿Cuál es el presupuesto de esa municipalidad? ¿Qué tiene que decir el alcalde de esto? ¿En qué otros lugares del país pasa esto a diario? ¿Cuáles son esos lugares invisibles?
Lo que empezó como una noticia más del día a día, se convirtió en una pauta para investigar a fondo. Y así debe ser con todos los temas importantes, asegura la maestra: “¿Se dan cuenta de lo que hicimos en 30 minutos? Este tiempo de discusión es importantísimo en todas las redacciones. Y les digo: los mejores titulares, los mejores enfoques, las mejores notas, crónicas y reportajes, salen de reuniones como estas, donde todo un equipo piensa en conjunto”.
El taller
El taller Mujeres líderes en las salas de redacción, en el que participan 16 editoras y reporteras de América Latina, tiene lugar en Santiago de Chile del 14 al 17 de marzo. Esta actividad es organizada por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, con el apoyo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Conduce Mónica González, directora del Ciper y miembro del Consejo Rector de la FNPI.