Podría parecer banal la discusión que tuvieron dos periodistas colombianos esta semana en Twitter. Pero vale la pena detenernos en lo sucedido para sacar aprendizajes sobre dos temas: la relación de los periodistas con sus audiencias en redes sociales, y los métodos que los periodistas usan para nutrir su agenda con temas.
Todo comenzó cuando el periodista Daniel Gamboa publicó un trino donde se quejaba por la falta de cobertura que había tenido el premio ganado por un grupo de arquitectos colombianos en China. Al mismo tiempo, lamentaba que si se hubiera tratado de colombianos capturados en el país asiático por narcotráfico, seguramente la noticia sí habría tenido un amplio despliegue.
Tres colombianos ganamos un concurso internacional de arquitectura en China. Seguramente si hubieramos traído coca y sentenciados a muerte, capaz al menos tuviéramos una entrevista en algún medio de comunicación.
Triste decirlo.
— Dan Gamboa (@DanGamboaB) 26 de marzo de 2018
La periodista Darcy Quinn, quien trabaja en la estación de noticias Caracol Radio, respondió invitando a Gamboa a informar oportunamente a los medios, para que la noticia tuviera la cobertura que merecía. Y cerró su mensaje con la frase “informe y no llore”.
El tono de Quinn en su respuesta llamó la atención de decenas de usuarios de Twitter que rápidamente convirtieron en tendencia #InformeYnoLlore, para principalmente burlarse de la reacción de la periodista.
“Para ser buen periodista hay que ser buena persona”, dijo Andrés Monroy recordándole a Quinn la célebre frase de Ryszard Kapuściński.
Por su parte, Javier Morales etiquetó a la FNPI y a la Red Ética en su comentario sobre lo que estaba pasando, afirmando “yo creí que los periodistas estaban para buscar historias, pero como muchos se acostumbraron a que se las vendan pues terminan dando respuestas así de mezquinas”.
También hubo usuarios que se manifestaron en consonancia con Quinn, pues si no se los comunican, es evidentemente difícil que los medios se enteren de este tipo de acontecimientos. “De acuerdo con la esencia de la reflexión, Daniel. Pero no somos adivinos... Por eso, hasta las empresas más poderosas y los gobiernos tienen oficina de prensa y agencias, para divulgar lo que hacen/logran. ¿Por qué no un profesional?”, opinó el periodista especializado en temas de tecnología Mauricio Jaramillo.
Tras ver la reacción de los usuarios de Twitter, finalmente Quinn pidió disculpas por la manera grosera en que contestó, al mismo tiempo que invitó a tener mayor cortesía al tratar de buscar ayuda de un medio para divulgar una noticia.
Quiero disculparme con @DanGamboaB ...no fue la manera de contestar pero creo q tampoco fue la manera de buscar atención mediática ..peace and love ...paz y amor ...
— Darcy Quinn (@darcyquinnr) 27 de marzo de 2018
¿Qué podemos aprender de todo esto?
De todas formas, vale la pena aprovechar esta anécdota para tratar de aprender dos cosas. La primera tiene que ver con la forma en que los medios diseñan su agenda de temas. Las agencias de comunicaciones corporativas tienen cada vez métodos más sofisticados para lograr que los temas que les interesan a grandes empresas tengan un despliegue notable en los medios. Pero en aquellos casos tales como la divulgación de temas científicos o académicos, resulta complicado encontrar la forma de dar a conocer sus logros a través de los medios masivos. Tal vez haga falta prestarle menos atención a los comunicados de prensa de estas agencias, y crear nuevos canales de comunicación con universidades, asociaciones de profesionales y la ciudadanía en general para dar a conocer este tipo de historias inspiradoras y cercanas a la gente.
Sobre esto, el maestro Javier Darío Restrepo ha concordado en sus respuestas de nuestro Consultorio Ético con Ryszard Kapuściński, al invitar a evitar el denominado “periodismo de rebaño”. Es decir, aquel periodismo que construye su agenda solamente con lo que sucede en ruedas de prensa y la información recibida a manera de comunicados oficiales. “Una agenda propia significa, desde luego, una búsqueda independiente de temas que respondan al interés de los lectores, o sea temas propios que, cuando aparecen publicados, le dan al medio una personalidad fuerte e identificable. Esa agenda, desde luego, no excluye los temas comunes, pero tratados de manera propia, con fuentes propias y con enfoque original y propio”, afirma Restrepo.
En segundo lugar, la discusión entre Quinn y Gamboa podría servir para reflexionar un momento acerca de la relación entre los periodistas y la ciudadanía. Al responder “informe y no llore”, la periodista transmitió un sentir de superioridad y orgullo, que poco conviene a los medios masivos hoy en día. Con la multiplicación de portales de noticias que ha permitido internet, los grandes medios masivos han perdido el monopolio de la información. Pero esa manera de responder refleja que algunos periodistas todavía sienten una superioridad moral, que en lugar de acercarlos a sus audiencias, los aleja, profundizando así la crisis actual de confianza que tiene el periodismo.
“El uso que el periodista haga de esta tecnología para aprovechar sus potencialidades, puede hacer de lo digital un aliado del buen periodismo; pero si solo utiliza ese poder para hacer más fácil y rentable su trabajo, el resultados será un periodismo sin calidad. En el uso de la tecnología el factor decisivo no es el aparato, sino quien lo usa”, aconseja Javier Darío en una de sus respuestas sobre el uso de redes sociales por parte de periodistas en nuestro Consultorio Ético.