Primero fue Wikileaks. Luego las revelaciones de Edward Snowden, y más recientemente el escándalo de la lista Falciani. Todos estas filtraciones han dado lugar a nuevos retos periodísticos.
Recientemente el portal Connectas publicó una aguda reflexión titulada “La filtración de una filtración“, donde cuestiona a aquellos medios que decidieron revelar la totalidad de nombres de colombianos listados en los Swiss Leaks, sin haber hecho la contrastación de fuentes necesaria, y resalta la necesidad del trabajo colaborativo entre distintos medios de comunicación para poder abarcar las toneladas de información que este tipo de filtraciones contienen.
Desde el uso de robots o herramientas de software para analizar la gran cantidad de datos, pasando por la investigación sobre el verdadero origen de las filtraciones, la reflexión sobre el propósito de quien está revelando la información, y la búsqueda de la mejor manera para darle a conocer los resultados del análisis a la audiencia. Todos estos aspectos hacen parte de los desafíos que las filtraciones le presentan al periodismo.
¿Qué precauciones tener al revelar datos producto de una filtración? ¿Se debe revelar la totalidad de la información filtrada o solo una porción? ¿En qué momento los datos de una filtración se pueden considerar de interés público? ¿Está bien que distintos medios de comunicación trabajen en equipo para analizar información filtrada? ¿Es ético usar software o robots para analizar datos provenientes de una filtración?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de la cuenta @EticaSegura participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Storify.