El periodista Julio Scherer, director de la revista Proceso, acaba de publicar un reportaje con Ismael el mayo Zambada, el máximo capo de las drogas en México y buscado por la justicia. Como imagen de portada, aparece don Julio abrazado por el delincuente. Como esa publicación ha creado polémica, queremos conocer su punto de vista al respecto.
Respuesta: Cualquier periodista consciente de su responsabilidad para con la sociedad, hubiera hecho lo mismo que don Julio. Es tarea del periodista dar a conocer lo que pasa, aportar elementos de comprensión y conocimiento y contribuir así a la toma de decisiones y a la movilización de la sociedad. Las autoridades ven con recelo al periodista que no se atiene a su idea del trato que debe darse a los delincuentes. Es una idea que no puede ser igual a la del periodista, quien parte de la convicción de que para conocer una situación, se deben escuchar los puntos de vista de todas las partes. Para la sociedad es una necesidad saber quiénes son los que la amenazan o le hacen daño, por qué actúan así, qué conciencia tienen del daño que hacen, qué reclaman y esperan de la sociedad. En una palabra, utilizar la fuerza de las palabras, como alternativa a las acciones de fuerza. Salvo que el periodista, por incapacidad, por inconsciencia o por miedo, resulte utilizado por el delincuente para aterrorizar, o para legitimar y hacer apología de sus crímenes, la entrevista con esta clase de personas es un servicio a la sociedad. Hay que observar, en efecto, que encierran un mayor peligro las entrevistas “ortodoxas” a gobernantes o políticos que mienten o que falsean los hechos en su beneficio y en perjuicio de otros. Sin embargo, frente a esta clase de entrevistas no hay objeción. Lo cuestionable no es, pues, la persona que se entrevista, sino el contenido de la entrevista, engañosa o verdadera, calumniosa o justa, deformadora de la realidad o ajustada a ella, calidades que el periodista debe tener en cuenta para defender a los receptores de su información, mediante su ejercicio crítico de las fuentes.
Documentación
Entre los efectos más destacados de la violencia mediática estaría en primer lug El aprendizaje o imitación de conductas y actitudes violentas, este tipo de efectos tendría como consecuencia contribuir al incremento de la violencia real.El efecto de insensibilización. Esto tendría in claro efecto potenciador con lo que el problema de la violencia de ficción se agravaría una vez más. Más difícil saber si esto podría favorecer también la insensibilización ante la violencia real.La identificación con los modos de comportamiento de los personajes violentos. En este caso se asocia una conducta o una actitud violenta con la solución efectiva de conflictos, con el logro del orden o la realización de la justicia.El consumo de la violencia mediática podría provocar en el público la percepción de un mundo más violento de lo que en la realidad es, provocando una reacción de miedo, de inseguridad, de temor a convertirse en una víctima más de esa violencia omnipresente y cada vez más amenazadora. Hugo Aznar en Pautas Éticas para la Comunicación Social. Universidad Cardenal Herrera, Moncada, Valencia, España, 2005, p.51.