Consulta: ¿Cuál es la razón por la cual en nuestro país se tolera la desinformación por parte de algunos periodistas y medios de comunicación sin que haya consecuencias significativas? A menudo observamos que la única acción tomada es una retractación y disculpa, que suele ser breve y carece del mismo impacto que la información falsa inicial. Además, esta medida no garantiza que la misma audiencia que recibió la noticia falsa escuche la retractación. ¿Podría ser que las sanciones sean tan leves que resulten más convenientes para los intereses de los medios, quienes se aprovechan del poder y la influencia que poseen? Mientras tanto, los ciudadanos, quienes no cuentan con los mismos recursos financieros, técnicos, competencias técnicas ni tiempo para defenderse, se enfrentan a una desigualdad evidente. Esta situación se agrava por el temor a posibles represalias o ataques, lo cual puede disuadir a las víctimas de tomar acciones legales. ¿Qué medidas podrían implementarse para garantizar una mayor responsabilidad y ética en los medios de comunicación, así como una protección efectiva para las personas afectadas por la desinformación y la difamación? Andrés Valencia, Colombia.
Responde Yolanda Ruiz
La desinformación y las dificultades que tienen los ciudadanos para defenderse frente a ella constituyen uno de los grandes debates de la democracia hoy. Tanto que en el Foro Económico Mundial quedó como uno de los retos globales en la lista que se hizo en 2024. Al lado de los eventos climáticos extremos, los conflictos armados, la ciberseguridad y la polarización, se ubicó como uno de los mayores problemas a enfrentar. Esto nos da la dimensión de la tarea que tenemos por delante. La desinformación viene de muchas fuentes y los periodistas no siempre hacen el trabajo de chequeo adecuado como se debe hacer. La prensa debe estar abierta al escrutinio público y las audiencias tienen el derecho y la obligación de criticar, cuestionar y exigir mayor calidad en el trabajo. Las redes sociales se han convertido en un espacio de doble vía en el cual los ciudadanos pueden tener una manera de manifestar sus quejas y reclamos. Sin embargo, contrario a lo deseable, estos espacios no son siempre propicios para el debate democrático y sí para el matoneo o el linchamiento virtual que no contribuye a dar respuesta a las preocupaciones de las audiencias ni a mejorar el periodismo. Al contrario, en la medida en que los algoritmos premian la emocionalidad, algunos periodistas caen con facilidad en la especulación, los escándalos o las verdades a medias porque eso se viraliza fácilmente.
El mejor camino para que la prensa corrija sus errores es la autorregulación, para establecer límites éticos a la labor. Sin embargo, Siempre quedan las herramientas legales cuando se considera que hay una vulneración grave por cuenta de una calumnia, por ejemplo, pero lo que corresponde es un debate muy de fondo dentro del gremio y de la sociedad para evaluar el tipo de periodismo que podemos desarrollar colectivamente. La calidad de lo que se publica depende de medios y periodistas, pero también de lo que consumen y buscan las audiencias, de lo que patrocinan los anunciantes, de la calidad de información que ofrecen las fuentes y de lo que deciden los dueños de medios que suelen tener intereses cruzados. No es un debate sencillo entonces porque no se trata simplemente de pedir sanciones por los errores cometidos. En este gremio, como en todos, hay buenos y malos profesionales y son muchos los que han muerto o han sido víctimas de todo tipo de ataques por hacer su tarea con entrega y responsabilidad, así como hay otros que desprestigian al gremio. Por lo general cuando la prensa hace bien su trabajo de control a los poderes, estos siempre consideran que es un estorbo y tienden a censurar. Por supuesto que debe haber autocrítica y debemos mejorar nuestro desempeño, pero hay que tener cuidado para no poner en riesgo la libertad de prensa que es un valor fundamental que se debe defender como principio, por encima de las personas que pueden hacer bien o mal la tarea. Por otro lado, hay colegas que en el trabajo de chequeo de datos o crítica de medios hacen una labor importante en esa veeduría a la prensa. La academia puede jugar un papel importante, así como los gremios de periodistas y las entidades que trabajan por la libertad de prensa.
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El Consultorio Ético de la Fundación Gabo es un espacio en línea que desde el 2000 ha brindado orientación a periodistas, reporteros, editores, profesores y estudiantes de periodismo de Iberoamérica sobre los dilemas éticos que día a día se presentan en el ejercicio periodístico. Este servicio ha sido posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina.
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