Consulta: Los gobiernos tienden a llamar "discursos de odio" a todas las opiniones que no los favorecen, y también suelen clasificarlo como persecución por parte de los periodistas y medios. ¿Cómo se puede identificar los discursos de odio y cómo se diferencian de la libertad de expresión? Rocío Zaracho / Argentina

Responde Yolanda Ruiz

El discurso de odio es aquel que justifica o promueve el desprecio o la discriminación de personas o poblaciones por diversas razones: raza, género, nacionalidad, orientación sexual, situación económica, etc. No siempre es sencillo establecer cuándo estamos ante una opinión crítica fuerte y cuándo se cruza la línea hacia el discurso de odio. Incluso hay debate en el mundo académico porque las batallas que dan distintos sectores contra la discrimación a veces entran en conflicto con la libertad de expresión, precisamente por la dificultad para definir cuando hay opinión y cuando se promueve un mensaje de odio. En cada caso se deben evaluar el mensaje, la intencionalidad, la situación de vulnerabilidad de la persona o la población afectada. Cuando hablamos en particular de gobiernos que se quejan por el cubrimiento de los medios, es bueno tener presentes varios elementos: Es obligación de la prensa ser veedora de todos los poderes y eso suele incomodar. Siempre será mejor que los gobiernos respeten a la prensa y defiendan la libertad editorial como activo democrático, incluso cuando son criticados. También es bueno señalar que los funcionarios del Estado, como todos los ciudadanos, tienen derecho a criticar el trabajo de medios y periodistas. También se puede pedir aclaración o rectificación. Lo importante es que se haga por canales institucionales y respetando siempre la libertad de prensa. Lo que no puede pasar es que se estigmatice toda la labor de los periodistas y que se los ponga en riesgo desde las esferas del poder calificando como mensaje de odio lo que es un trabajo periodístico. Por eso también es muy importante que los periodistas hagan su labor con rigor, responsabilidad, y altos niveles éticos y profesionales.

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