Las columnas de opinión, ¿también son de información o solo opinan?
Respuesta de Mónica González
Para opinar se requiere recabar información, análisis y algo de reflexión. De lo contrario sería un resumen de sensaciones, sentimientos, predicciones. Casi un horóscopo. Las mejores columnas de opinión son aquellas que aportan información o que logran unir datos, hechos y personajes en una trenza que le proporciona al lector una explicación interesante sobre un hecho relevante. En los periódicos importantes ha habido periodistas que se han destacado por los golpes noticiosos que entregaban en sus columnas.
Respuesta de Gumersindo Lafuente
En una columna de opinión puede haber información, eso la hará más valiosa, pero nunca dejará de ser opinión.
Respuesta de Álex Grijelmo
Un periódico de calidad debe diferenciar entre información y opinión. Las columnas de opinión contienen información, pero no son información. Y han de apoyarse en datos contrastados.
Más allá de esa diferencia entre noticia y opinión, un periódico que se comprometa éticamente con sus lectores debe diferenciar también entre los distintos géneros periodísticos; y hacerlo con tipografías diferentes y descodificables, o bien con epígrafes (crónica, análisis, crítica...).
La distinción entre géneros periodísticos se debe plantear como una garantía para el lector. Del mismo modo que el lector sube la guardia ante la publicidad (que también debe diferenciarse siempre tipográficamente) porque sabe que se trata de mensajes de parte, tiene derecho a conocer a qué grado de presencia del "yo" del periodista se enfrenta en cada género, para deducir qué tipo de subjetividad afronta: desde una presencia del "yo" hipotéticamente "cero" en la noticia (aunque la objetividad absoluta no existe), hasta un grado "diez" en el artículo de opinión; con grados intermedios entre ambos puntos: documentación, entrevista de declaraciones, reportaje informativo (géneros noticiosos); crónica, entrevista perfil, entrevista de autor, reportaje interpretativo, análisis (géneros interpretativos); ensayo, crítica, editorial, columna, blog y artículo (géneros opinativos). (Hay que tener en cuenta que la terminología no es la misma en todos los países de habla hispana).
La confusión entre géneros periodísticos y la falta de un registro tipográfico para que el lector pueda discernir entre esos grados de subjetividad es uno de los mayores problemas de la prensa hoy en día.
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¿Cuáles deberían ser los criterios éticos para escribir columnas de opinión?
Respuesta de Jorge Cardona
En lo posible, todo medio de comunicación debería delimitar de manera clara la opinión de la información. Una cosa son las posturas editoriales donde el autor plantea sus puntos de vista sin necesidad de probar cada uno de sus comentarios, y otra, bien distinta, es la información. Esta última exige debido proceso, contrastes y, sobre todo, documentación o pruebas que validen lo enunciado. En síntesis, las columnas de opinión entran en el primer escenario. Pero no deberían mezclarse con la franja informativa, donde lo primordial es que los lectores o audiencias tengan certeza de lo que conocen.
Respuesta de Javier Darío Restrepo
La opinión y la información se complementan. La información sería peligrosamente incompleta si no intervienen las dudas y preguntas que la opinión estimula; esta, a su vez sería débil, si no estuviera fundamentada en una información completa.
Ante los hechos el periodista registra los datos de los sentidos como un material insuficiente; cuando después de esos datos aparecen las preguntas que señalan oscuridades, datos incompletos, conocimiento insuficiente, son tareas que asume el columnista de opinión para corregir, ampliar y suplir las deficiencias de los sentidos como fuentes de información.
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Códigos como los de Suiza y Japón recuerdan que “el periodista que busca relata o comenta hechos o ideas, tiene como deber esencial buscar la verdad en razón del derecho que tiene el público a conocerla”. (Suiza)” “Los escritos editoriales están sujetos a restricciones voluntarias…El partidismo en estos comentarios que a sabiendas se aparta de la verdad y violenta el mejor espíritu del periodismo” (Japón A 5).
La opinión entendida así llega a ser una necesidad para comunicar un conocimiento completo; con tal que los columnas de opinión sean acompañamiento del columnista al lector en su proceso de conocer lo que pasa. Esto excluye, desde luego, las columnas escape de los buenos o malos humores del columnista, o la que se transforma en instrumentos de propaganda a favor o en contra de algo o de alguien. La columna alcanza su más alta calidad y dignidad cuando rechaza los absolutos y hace parte del ejercicio de buscar la verdad con los lectores y en su beneficio. Es lo que pasa cuando información y opinión se complementan.