En caso de conflicto bélico (guerra), ¿es apropiado manipular la información (propaganda) en pos de la defensa del país?

Respuesta de Mónica González

Esta debe ser una de las situaciones que requieren del mayor cuidado ético y donde más se vulnera el rigor y el apego a normas mínimas de rigor del trabajo periodístico. En ese contexto, la palabra “apropiado” no es la que deberíamos utilizar ya que cuando se desata un conflicto bélico (guerra interna o con enemigo externo) la situación se vuelve rápidamente anormal y se rige por códigos que no dicen relación con el respeto al Estado de Derecho o la democracia. Lo importante es intentar no olvidar que la información que se entrega en esos momentos tiene como propósito defender el derecho a la vida, intentar amainar la exacerbación del odio y la violencia y neutralizar la ola de desinformación que los bandos en conflicto bélico entregan para intoxicar al enemigo y a la población

Respuesta de Gumersindo Lafuente

En caso de conflicto bélico, los periodistas debemos trabajar con los mismos criterios de rigor y responsabilidad de siempre. Es verdad que esa es una de las situaciones verdaderamente excepcionales en las que la prudencia debe extremarse. Pero al mismo tiempo es en estas situaciones cuando una prensa libre, rigurosa y responsable puede jugar un papel fundamental, informado desde todas las perspectivas posibles de los motivos y consecuencias del conflicto.

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¿Cuál debería ser la conducta ética del reportero de guerra?

Respuesta de Álex Grijelmo

No, nunca. Un país se defiende mejor si se da información veraz.

Respuesta de Javier Darío Restrepo

La apologética y la publicidad, lo mismo que las relaciones públicas son actividades que no encajan dentro de los objetivos del periodismo. En una guerra, lo mismo que en un partido de fútbol o en unas elecciones, el papel del periodista no está como fanático o militante de uno u otro lado, su papel es informar para todos y hacer entender lo que está sucediendo.

Un periodista como Ryszard Kapuscinski después de cubrir para su agencia de prensa numerosas guerras en África, pudo escribir sobre el corresponsal de guerra: “En situaciones de este tipo, su primera característica ha de ser conservarse como ser humano, usar un lenguaje de comprensión y entendimiento, no utilizar el odio ni estimular la venganza. Nuestro papel al escribir sobre la guerra consiste en recordar y entender que estamos ante una situación trágica para todos. La guerra es el único fenómeno humano en el que todos son víctimas, todos pierden, todos terminan infelices. Cuando uno escribe sobre estos temas debe tener en cuenta lo que todos padecen, la desgracia que sufren, la tragedia que atraviesan”.

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En una circunstancia como la descrita, una pieza de propaganda, que eso sería “informar para defender al país”, está fuera de lugar y contradice el papel que le corresponde al periodista. Cualquiera de sus actividades que pueda entenderse como legitimación de la guerra que hacen unos u otros, degrada su profesión y ofende su dignidad.