Casi todos los días me pregunto sobre las relaciones entre periodismo y patriotismo porque nos acusan de traición a la patria cuando informamos sobre el rechazo internacional e interno a la constitución que propone Maduro. De veras, ¿eso es traición a la patria? (Disculpe el uso de un seudónimo, pero usted entiende)
Respuesta:
Hay un rol político para el periodista en casos como el que vive Venezuela. El dilema no es: oficialismo u oposición, sino: ¿callar o informar?
Callar le evitaría conflictos al medio y al periodista, pero ni el uno ni el otro cumpliría con su función profesional. Medio y periodista tienen como razón de ser el servicio de informar a la población, a toda la población, sean opositores o gobiernistas, representados en sus lectores.
Es una información creíble lo que más necesita una sociedad en crisis. Por tanto, los lectores, oyentes o televidentes esperan de sus medios y periodistas, informaciones, no silencios ni propagandas.
Informar es, por tanto, el servicio específico que deben prestar a la patria medios y periodistas. Servir a la patria no es convertirse en propagandistas de un gobierno o de un partido, sino en servidores de la población, sean opositores o gobiernistas.
Ofrecerle a la ciudadanía una información de calidad tal, que resulte útil para cualquier venezolano, es una forma de expresar la confianza en la capacidad de la población para tomar decisiones políticas, tanto más autónomas y acertadas si se basan en la información y no en la propaganda.
La buena información periodística es la que le permite a la población tomar decisiones acertadas; tal es el servicio patriótico de periodistas y medios en tiempos de crisis.
Documentación
Mientras se bombardea a Afganistán, otra batalla campal se está desarrollando en las salas de redacción de los principales medios de comunicación de Estados Unidos. Es la otra fuerza en la que muchos, equivocadamente, quieren enfrentar al periodismo contra el patriotismo.
Además, están aumentando los obstáculos para cubrir el conflicto.
Son presiones del gobierno las llamadas telefónicas de la asesora de seguridad, Condoleezza Rice a los principales medios para evitar las transmisiones en vivo de mensajes de Osama Bin Laden o sus subordinados; esas llamadas tuvieron el objetivo de impedir el envío de supuestos mensajes codificados a los terroristas. Seis cadenas de televisión accedieron a limitar esas transmisiones, sin embargo no hay evidencia alguna de que efectivamente haya mensajes codificados. Además ese tipo de presión es ingenuo: los terroristas pueden tener acceso a esos discursos en directo a través de cadenas internacionales de televisión y por la internet. La tecnología y los satélites borraron hace tiempos las fronteras. ¿Acaso no es mejor conocer al enemigo?
Nadie duda el derecho de los Estados Unidos a defenderse después de los ataques de Nueva York, Washington y Pennsylvania. No conozco a un solo periodistas estadounidense, latinoamericano o europeo que apoye o justifique el ataque contra el Pentágono o las Torres Gemelas. Pero los funcionarios del gobierno no pueden esperar un cheque en blanco de los reporteros. Hacer preguntas o investigar no puede equipararse como traición a la patria.
Periodismo o patriotismo es un falso dilema. He leído, visto y escuchado varios informes de guerra muy completos, de algunos periodistas norteamericanos, con puntos de vista críticos, sin aque eso signifique que no aman a su patria.
Jorge Ramos en El periodista y la guerra, en La Prensa, Managua, 17-10-01.