En el medio en que trabajo la paga es escasa. Por eso estoy considerando algunos ofrecimientos de trabajos extras: me piden que sea modelo para una campaña de promoción de ventas de una nueva marca de automóvil; y una compañía de celulares me ofrece un trabajo de relaciones públicas consistente en hacer contactos entre periodistas y la compañía. No sé cuál aceptar; solo sé que quiero mantener un alto nivel ético.
Respuesta:
Un medio de comunicación pone en peligro su independencia y la de sus periodistas cuando les paga mal y los deja expuestos a prácticas de mercenarios.
Y un medio, lo mismo que un periodista, sin independencia, se queda sin credibilidad; por tanto, para ambos es un mal negocio ofrecer o recibir un salario escaso.
Cuando el periodista acude al recurso de un trabajo extra para solucionar el problema de la mala paga, es necesario que se plantee la necesidad de preservar su independencia teniendo en cuenta que no solo debe ser independiente, sino parecerlo.
Hay trabajos extras que ponen en peligro esa independencia: aparecer como modelo en una propaganda le crea una imagen ambigua: ¿qué es: modelo que cobra por un mensaje publicitario? ¿es periodista que informa para servirle a la sociedad? O lo uno, o lo otro. El receptor de informaciones, ante su trabajo de relaciones públicas, se hará las mismas preguntas.
En cambio hay actividades como la de la enseñanza, la de investigador, la de escritor de libros o las relacionadas con la industria editorial: editor, corrector, traductor, etc. Que no afectan su credibilidad ni su independencia, más bien la fortalecen.
Se trata, pues, de mantener intacta la independencia.
Documentación
Mantener el respeto del público afecta mucho más que el número de lectores: influye en la existencia misma de una prensa libre.
En Estados Unidos se considera a la prensa defensora de la libertad personal. Hoy en día no se puede suponer la libertad de prensa simplemente porque se haya escrito una garantía de la libertad de prensa en el siglo XVIII. Actualmente son más los países que carecen de una prensa libre que los que la tienen, aun si se la describe como libre. Un observador dijo en un simposio:
Puede ser que en una sociedad el hombre llegue a parecer libre, sin importar lo autoritaria que esta sea, siempre que haya aceptado los postulados de la sociedad, pero solamente puede ser libre en una sociedad que está dispuesta a permitir que se cuestionen sus postulados básicos.
La filosofía política en Estados Unidos exige que los postulados básicos de esa sociedad se mantengan abiertos al cuestionamiento, aunque existan algunos grupos influyentes que se oponen al debate, se trata de desafíos al derecho a obtener conocimiento. Ahora la prensa libre, luego de haber sido liberada en el siglo XVIII, dos siglos más tarde, tiene que encontrar la forma de mantenerse libre.
Rivers y Mathews en La ética en los medios de comunicación. Gernika, Mexico, 1998. P. 52.