¿Se pierde la calidad periodística cuando se trabaja para el sector público?
17 de Julio de 2017

¿Se pierde la calidad periodística cuando se trabaja para el sector público?

Foto: Pixabay.com - Compartida bajo licencia Creative Commons.

¿Qué responder a un director de medio que cree que haber trabajado en medios del sector público convierte al periodista en mercenario y que lo hace perder su calidad de periodista?

Respuesta:

Refiriéndose a los periodistas que asumen trabajos de prensa para alguna campaña electoral, un influyente periodista de Estados Unidos decía que esos periodistas cuando se reintegran a un medio independiente “regresan cojeando”. Se les ha lesionado la credibilidad.

Puesto que tuvieron un tiempo de exposición al público como asalariados de un candidato, de un partido o de un gobierno, se los ve disminuidos en cuanto a independencia. Y un periodista sin independencia cojea. Quedan marcados como periodistas oficiales y, ya se sabe, el periodismo oficial se mira con desconfianza porque suele ser, no siempre lo es, propagandístico antes que informativo. Pero esa marca no es indeleble.

Esos periodistas al regresar a los medios independientes tienen muy claro que tendrán que emprender la tarea de reconstruir su credibilidad con acciones que generen credibilidad, y es la tarea que se han propuesto, con éxito, muchos periodistas.

No se puede afirmar, por tanto, que todos los que han trabajado en medios oficiales o políticos regresan definitivamente disminuidos. También desmienten esa injusta generalización los periodistas oficiales que llegan a demostrarle al funcionario que es su jefe, que tanto él como el propio periodista están al servicio del público, que resulta ser el amo de los dos. Cuando esto se entiende, el periodismo oficial eleva su categoría como servicio público. En estos casos los periodistas generan credibilidad para ellos y para el sector oficial en que trabajan, a pesar de ser funcionarios.

Documentación

El tema de la formación ética profesional debe ser estudiado desde el punto de vista de la formación del periodista ya que nadie podrá sostener que el periodista “nace, no se hace” sino que se requieren cada día más estudios para enfrentar los desafíos de la profesión. Estos desafíos no son solo técnicos, también son éticos.

Las aptitudes necesarias para ser un buen informador han de transformarse en actitudes a través de la capacitación. Para ello esta formación ha de realizarse mediante estudios que no solo enseñan técnicas, sino de la ciencia y la ética. De esta manera el estudiante no solo será capaz de desarrollar habilidades y destrezas, y conocer las razones de fondo sobre el quehacer informativo, sino que podrá reflexionar sobre el contenido ético de las decisiones que conformarán su vida profesional. Y ello porque la universidad le proporciona al futuro periodista todos los elementos de ayuda que necesita; pero el crecimiento de sus capacidades hasta llegar a su propia identidad, a encontrarse a sí mismo y a poder reflexionar sobre su misma actividad intelectual, ha de ser obra suya.

De esta manera el periodista va conociendo y reconociendo los problemas de la actividad informativa y enfrentando mediante su estudio y razonamiento los temas medulares que son propios de este servicio a la sociedad.

Muchos de estos problema no son solamente técnicos, fundamentalmente son propios de la ética informativa, tales como los relacionados con la verdad de la información, el respeto a los derechos y a la dignidad de las personas, su honor, vida privada e intimidad, el secreto profesional, la violencia, la propiedad intelectual, el sensacionalismo, la morbosidad, entre otros.

Mario Urzúa Aracena en Periodismo y ética: temas actuales.

Centro de Estudios Bicentenario, Santiago, Chile 2005- p. 29, 30

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