En el diario en que trabajaba estaban representados los grupos de izquierda y el jefe de informaciones ordenaba que solo se entrevistara a los de su grupo. Pero lo más grave ocurrió cuando la entrevista a un sindicato provocó las amenazas del alcalde, y el jefe de prensa de la alcaldía exigió una copia de la entrevista para demandar judicialmente al sindicato. Nos negamos, pero ¿obramos bien? En casos como este la buena práctica periodística tiene en cuenta:
Que la credibilidad del medio y del periodista frente a futuras fuentes resultaría afectada si el periodista permitiera que los testimonios que él ha recibido bajo el entendido de que se hablaba con un periodista y no con un investigador judicial, se convirtieran en material judicial. Es distinto si el juez, al tomarlo del aire o del material impreso, utiliza esos testimonios como parte de su investigación.
Que la colaboración ciudadana con la justicia no puede consistir en que el periodista se convierta en auxiliar o en reemplazo del juez. Son dos roles distintos, cada uno con una función específica y necesaria para la vida de la sociedad.
Documentación.
En el curso de la elaboración de noticias, los periodistas experimentan una serie de conflictos entre sus obligaciones como ciudadanos y sus obligaciones como periodistas. En asuntos de seguridad nacional, dice el corresponsal de la CBS en el Departamento de Estado, Mervin Kalb " son presionados por todos lados. Sus lealtades están divididas. Una fuente les proporciona una información, mientras otra fuente les pide que la ignoren. Muchas veces ambas fuentes invocan la seguridad nacional en respaldo de sus objetivos. Otras veces se utiliza a los reporteros para hacer circular información de validez dudosa. Kalb cita el caso de una sesión en abril de 1965 a cargo del secretario de Defensa, Robert Mc Namara, quien dijo a los reporteros que la posibilidad de usar armas nucleares en Vietnam siempre estaba abierta. Sus opiniones se publicaron y se atribuyeron a " un alto funcionario" En una conferencia de prensa, al día siguiente, el Secretario en cierta forma se retractó:" no existen requerimientos militares para el uso de armas nucleares en la actual situación, y no se puede servir ningún propósito útil especulando sobre contingencias remotas."
Según Kalb, su propósito subyacente tenía dos fines: atemorizar al enemigo haciéndole saber extraoficialmente que los Estados Unidos podía usar armas nucleares, pero al mismo tiempo aplacar al pueblo norteamericano negando oficialmente la medida. ¿Cómo decidió Kalb usar o no esta información?
La respuesta: la mayor parte hay que dejarse guiar por el instinto. Por ejemplo en el caso de la filtración de Mc Namara acerca de las armas nucleares uno sabía que lo hacía para atemorizar a los chinos. Y uno actúa en defensa del interés nacional.
¿En qué basa el reportero Kalb su opinión a cerca de lo que es de interés nacional? En la práctica tiende a referirse al juicio del funcionario que le revela la información. Los reporteros tienen que pesar si el revelar o no revelar una información es en interés de la nación o nada más del funcionario. Sus relaciones con los funcionarios involucrados pueden inclinar la balanza.
León V. Sigal
En Reporteros y Funcionarios. Gernika. Méxido D.F. 1995.