¿Cuáles códigos de ética existen en México y en qué situación está su aplicación? En la compilación de códigos deontológicos de medios de información de Ernesto Villanueva, figuran una declaración de principios sobre política editorial, derechos de los lectores, un código de ética y un estatuto del Defensor del Lector del periódico El Economista y, tomados de su Manual de Estilo, las normas, observaciones y recomendaciones generales de la Revista Proceso. Por su parte los periódicos El Norte, Reforma, Palabra y Mural en su Manual de Estilo consignan un código de Etica del Periodista.
Los códigos son guías para la conducta personal, que el periodista adopta libre e individualmente. Su cumplimiento, por tanto, depende de cada persona y sólo se puede medir de modo impreciso y sujetivo a través de actitudes y comportamientos que permiten inferir si es alto o bajo el nivel ético de un periódico, canal o estación de radio. Son los propios periodistas, en cada medio, y en el marco de las agremiaciones o eventos gremiales, los que pueden dar una respuesta aproximada de cómo va la ética.

Documentación.

De la historia de los códigos se deduce que desde muy pronto se sintió su necesidad para garantizar la buena imagen del periodista y liberar a los profesionales de la información de las presiones políticas y financieras que pudieran comprometer la objetividad de la información. Los códigos nacen como mecanismos de defensa y de autocontrol para asegurar una información libre, objetiva y veraz, dejando de lado cualquier interés bastardo. Sin estos códigos los informadores podrían caer inexorablemente en manos de los gobiernos, cuyas cámaras legislativas harían sus veces, arriesgando el genuino ejercicio de la libertad de expresión. Actualmente en los países con regímenes democráticos suele quedar siempre un margen abierto para que lo ocupen los códigos de ética periodística. En los países
Del análisis de los códigos actualmente disponibles se saca la impresión de que surgen como intentos de combinar la libertad de prensa responsable con la libertad de información y sus naturales limitaciones. Lo cual no significa que los códigos deontológicos de los medios de comunicación representen un nuevo orden moral añadido y distinto de los principios universales de la ética humana. Los códigos sólo pretenden sensibilizar profundamente a los profesionales de la información sobre la conveniencia y necesidad de ser honestos y responsables en su forma de servir al público, como la mejor garantía de autocontrol y de prestigio profesional, rechazando las presiones políticas y financieras, así como cualquier forma de manipulación voluntaria.

Niceto Blazquez
En Etica y Medios de Comunicación. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1994.