Consultorio Ético de la Fundación Gabo
25 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Cómo se puede combatir la corrupción en medios periodísticos que ejercen presión sobre sus empleados, y en qué se puede apoyar el periodista para no caer en la corrupción? La independencia del periodista es un instrumento y un apoyo contra la corrupción. Al mismo tiempo es el camino más corto para llegar a la verdad.

Esa independencia nadie se la puede dar al periodista porque es creación y logro en que nadie lo puede reemplazar esto quiere decir que ante las presiones que buscan restringir esa independencia, el periodista es el único responsable por su pérdida, su debilitamiento o su consolidación.

Si se piensa que en el combate contra la corrupción el aporte del periodista consiste en descubrir la verdad de los hechos y en crear una conciencia colectiva de rechazo a las prácticas de corrupción, es claro que se trata de dos tareas que demandan ese valor de la independencia, necesaria para resistir las presiones que vienen desde afuera del periódico o desde su interior. En efecto, ningún medio de comunicación está exento de la posibilidad de esa clase de presiones y presencias contaminantes es obvio, en consecuencia que la actitud del periodista contra la corrupción no se adopta por aprobación o consentimiento de los dueños, accionistas o directivos del periódico es una decisión personal dictada por su sentido de la honestidad y de la dignidad personal. Es del caso repetir que para ser independiente y honesto no se le pide permiso a nadie.

Documentación.

Ustedes afrontan la elección entre dos tipos de periodismo.

Por un lado, el periodismo que no acepta obligaciones con la sociedad, ni tiene escrúpulos morales porque sólo aspira a ganancias pecuniarias. La gente ávida de dinero que se dedica al periodismo ha producido una clase de periódicos que son una especie de extorsión matizada aquí y allá por la mendicidad y que no son más respetables que cualquier clase de prostitución. Este tipo de periódicos trae una clase de lectores de baja condición, a los débiles mentales que nada aprenden y lo olvidan todo, que razonan exclusivamente con las emociones y aceptan sin dudas todo lo que se les presente en términos sensacionales. Este negocio es muy lucrativo y completamente perverso. Por lo tanto, al final solamente depara las satisfacciones que proporciona obtener dinero en sus formas más crudas. Para pertenecer a una profesión que sólo se interesa en hacer dinero se debe poseer cierta psicología especial: la que nace de un absoluto descreimiento de todo, excepto de que a cada momento nace un tonto y que la finalidad del hombre consiste en despojarlo de su dinero. Cada fase de este periodismo requiere del engaño en todas sus formas más sutiles, desde la flagrante mentira hasta los más elevados dominios del prevaricato. Si ustedes quieren obtener un éxito rápido y fugaz, dedíquense a ese estilo de periodismo. Pero manténganse alejados de él si estiman el auto respeto como una perla de gran valor.

La otra clase de periodismo se ocupa simplemente de ofrecer noticias, interpretándolas con veracidad, sin miedo ni favoritismos para con partidos, facción o clase alguna. Esta es una tarea ardua, requiere inteligencia, exige un sentido moral y sobre todo un valor moral. Una y otra vez tendrán ustedes que arriesgar dinero, dejar que se lo lleve el competidor, para conquistar la estima del grupo más sensato y decente de su comunidad.

William Allan White.
Arte y Sentido del Periodismo, compilación de E.D. Coblentz.Editorial Troquel. Buenos Aires, 1966. Página 49.

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