¿Cuáles son los límites que señala la ética cuando la noticia es el dolor de un ciudadano corriente y se expone la fotografía de su pariente recién asesinado, por ejemplo?
Respuesta: El problema no es si se publica o no, sino cómo se publica. Se trata de hechos públicos, que afectan a la comunidad y que, por tanto, deben ser conocidos. Si uno revisa los Manuales de Estilo y los códigos de ética encuentra indicaciones como estas, sobre cómo publicar imágenes y textos sobre estos casos:Se trata de proporcionar conocimiento de la realidad y no de estimular o satisfacer curiosidades. Esto marca una diferencia de miradas y de tratamientos, porque si el objetivo es compartir conocimientos de una realidad social, es esto lo que se buscará con el trabajo de reportería y lo que se destacará en el enfoque y en el tratamiento, para estimular en el lector la inteligencia y la solidaridad y no solo los sentidos.Dentro de este marco adquieren relieve los derechos de las víctimas, entre ellos el derecho a la intimidad y a la imagen. También el derecho a la justicia.Además de la exactitud en la versión de los hechos, estas noticias cumplen su objetivo social si convocan a la solidaridad con las víctimas y al rechazo del crimen.Son de mal gusto e irrespetuosas las fotografías en primer plano de las víctimas. Es de buen gusto y de delicadeza para con los parientes de la víctima y para con los lectores preferir a las imágenes de muertos, las de las víctimas en vida, en algún momento feliz, que es la imagen que los suyos quisieran mantener en su memoria.
Documentación
De las Recomendaciones dirigidas a profesionales de la información audiovisual. En el curso de la información sobre tragedias conviene dar prioridad a la reducción de las áreas de preocupación de la audiencia lo antes posible, para disminuir o evitar la angustia de muchas personas. Proporcionar una cita clara y rigurosa de las fuentes y una información detallada y precisa, probada y contrastada, es el mejor sistema para obtenerlo.Resulta recomendable en el tratamiento de las tragedias evitar cualquier efecto o recurso que tenga una función preferentemente espectacularizadora.No deberían obtenerse ni emitirse primeros planos o planos cortos de personas heridas, en estado de shock o en situación de sufrimiento. En cualquier caso, nunca sin su consentimiento explícito.Resulta fundamental para no suscitar temores innecesarios evitar cualquier especulación o conjetura sobre los sucesos trágicos, sus causas o sus consecuencias. En ningún caso se pueden aventurar relaciones de víctimas hasta que no se tengan listas oficiales y comprobadas. También debe asegurarse que las personas implicadas y los familiares estén al corriente de la información antes de su difusión.Las imágenes de dolor referentes a tragedias producidas lejos del ámbito inmediato de referencia de los medios que las emiten, se deben usar poniendo especial atención, evitando causar a través de flagrantes diferencias de trato, un efecto de canalización del sufrimiento de los demás en contraste con el sufrimiento de proximidad. A menudo las imágenes que reflejan hambre, pobreza o dolor en los países pobres afectados por catástrofes, pueden movilizar hacia la solidaridad, pero en ocasiones también pueden estereotipar su visión y ocasionar daño moral. Hugo Aznar. ética de la Comunicación y nuevos retos sociales. Recomendaciones del Consejo Audiovisual de Cataluña. Barcelona 2005, páginas 101 y 102.