¿Existen normas fuera de lo que dicen los códigos deontológicos sobre la verificación de la información?
20 de Septiembre de 2016

¿Existen normas fuera de lo que dicen los códigos deontológicos sobre la verificación de la información?

¿Existen normas fuera de lo que dicen los códigos deontológicos sobre la verificación de la información? Los códigos dejan asentado un principio general que el periodista debe tener en cuenta: sus informaciones deben ser exactas; para que lo sean, necesitan estar comprobadas, sin omisiones ni deformaciones de la realidad. Los libros y Manuales de Estilo amplían y aplican este principio y exponen las normas aprendidas en la experiencia del oficio. Entre ellas menciono inicialmente una que es básica: dudar de todo. Anota Daniel Santoro ( Técnicas de Investigación, del Fondo de Cultura Económica) “Cuando se trata de un dato para publicar, debemos dudar siempre. Como dice el viejo axioma del periodismo norteamericano: si tu madre te dice que te quiere, compruébalo.” Otra norma: aprender a leer entre líneas. “Se trata de leer de forma crítica,” agrega Santoro. La del periodista es una lectura poblada de preguntas: ¿quién lo dice? ¿Por qué lo dice? ¿Tiene algún interés en hacerme creer su versión? ¿Por qué sabe lo que dice?¿Por qué solo lo dice ahora? También hay que averiguar la clase de fuentes que utiliza, porque así podemos percibir si son fuentes serias, o fuentes con interés sobre el tema de la información; las preguntas sobre las fuentes de los textos que el periodista lee, también valen para las propias fuentes: sus intereses, su conocimiento sobre el tema; la propia independencia respecto de la fuente. Dentro de la necesaria comprobación figura el chequeo de los datos, con fuentes varias y diversas. Citando a Petra Sacanella, Santoro afirma: “la corrupción periodística empieza cuando se trabaja con una sola fuente, o a su servicio.” Todavía hay otra recomendación: desconfiar de esas fuentes que todo lo saben. La experiencia indica que los omnisapientes inventan con tal de figurar. Son, pues, desarrollos de la escueta norma tética, detectados por la experiencia.
Documentación.
Preferíamos que uno de los reporteros hiciera las veces de abogado del diablo. El abogado del diablo debe preguntar sin piedad por cada cosa que le parezca ligeramente confusa; debe exigir pruebas, debe procurar el equilibrio del reportaje, purgar los términos bélicos y las tentaciones de opinar, confirmar nombres, lugares y fechas, y señalar los baches de la información. De esta manera la copia que recibe el editor será más sólida, y el reportero estará mejor preparado para su defensa. Recuerde que su información será leída con lupa por los afectados, sus cómplices, amigos y abogados, que estarán a la caza del más mínimo error y de imprecisiones en fechas, cifras o nombres para desacreditar su trabajo. Cualquier falla, por ínfima que sea, dará a sus críticos argumentos que terminan por calar en los lectores. Podrán decir que si usted se equivocó en cosas elementales, pudo haberlo hecho en las más complicadas. De manera que no ponga en el camino de la prensa, una información que no haya sido leída al menos por tres personas. Usted es el único que sabe dónde están sus flancos débiles. No los esconda por tratar de no perder la primicia. Antes de llegar a defender su información frente al editor, prepare un borrador del informe con las indicaciones de los documentos y las entrevistas que respaldan cada información incriminatoria. Así el editor tendrá respuestas seguras y rápidas y quedará seguro de que su artículo está legalmente blindado.
Gerardo Reyes: Periodismo de Investigación, trillas, Ciudad de México, 1996. P 213.

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