¿Cuál es el compromiso del periodista en los procesos de paz, teniendo como base el diálogo y la comunicación?
El compromiso del periodista con la verdad y con la palabra se vuelve imperativo cuando hay un proceso de paz en marcha. Así lo han comprobado los periodistas que han tenido la responsabilidad de informar en esas condiciones. Todos ellos testimonian que:
La palabra, cuando reemplaza las armas, llega a convertirse en un instrumento pacificador porque racionaliza el conflicto. Cuando la violencia deja de ser muda, se debilita.
La verdad, por su parte, contribuye a una recuperación de la confianza que es una condición para la convivencia. Así como en las guerras la primera baja es la verdad, en los procesos de paz la restauración de la verdad en la comunicación pública es uno de los primeros síntomas de la recuperación de la salud del cuerpo social.
La prensa afianza su relación con la sociedad en la misma medida en que se pone a su servicio. Esto implica subordinar todos los intereses al bien máximo de la sociedad que es la construcción de la paz.
Como se ve, en una circunstancia así, la prensa tiene la oportunidad de cumplir el más alto de sus servicios. También es posible que juegue el más innoble de los papelas al estimular la solución violenta del conflicto, o al hacer caso omiso de sus responsabilidades.
Documentación.
En 1995 hubo otro aniversario en Irlanda del norte. El aniversario de lo que llamamos "la masacre sangrienta del domingo", cuando 13 defensores de los derechos humanos, católicos, fueron asesinados por tropas británicas. Otra vez estamos hablando de una acción hecha no por un régimen militar en un país del tercer mundo, sino por los soldados del gobierno británico. Cuando revisé los editoriales del News Letter, se me hizo notorio que nunca había aceptado que personas inocentes habían muerto ese día. Pero toda la evidencia mostraba que las personas que murieron estaban envueltas en acciones por los derechos humanos. Salimos con un editorial muy controvertido para el News Letter llamando al gobierno británico a que pidiera perdón a los familiares de esas víctimas. Nada me habría preparado
Lo que me sorprendió de todo esto fue que nuestros lectores no eran hostiles a esa información. Nos dio fuerzas para tomar pasos que serían controversiales, quizás decisiones que amenazarían la situación comercial del periódico. Pero entre el lector común y corriente había un sentimiento evidente de que la gente apoyaría la paz. Esto también pasó con el Irish News y con sus lectores del lado republicano. La lección fue que aunque los políticos no hablaban, aunque los paramilitares no entregaban sus armas, había una gran determinación entre la gente de ambas tradiciones de reconocer las necesidades y aspiraciones de la gente con la que compartían un país.
Esto se convirtió en el fruto del Viernes Santo ese año cuando los dos gobiernos de la Gran Bretaña e Irlanda, respaldados por el sentimiento entre la gente, diseñaron un acuerdo político. El acuerdo del Viernes Santo es una cuerdo único, que puede describirse como un arreglo donde todos pierden algo, pero todos ganan mucho más de lo que pierden. Los políticos admitieron abiertamente que sin la intervención y el apoyo de los medios de comunicación nunca habrían sido capaces de lograr un acuerdo. Los medios han sido responsables en Irlanda del Norte de darle a la gente una voz, por concentrarse en las bases comunes entre ambas tradiciones, más que en las diferencias. Y a medida que avanzamos, día a día nos damos cuenta que tenemos mucho más en común que lo que antes creíamos.
Geoff Martin. Editor del News Letter de Belfast. Irlanda del Norte.
Intervención durante el seminario: "La prensa, el conflicto y la paz." Memorias. Fotocopia.