Aquí se ha discutido entre periodistas sobre la publicación de unos videos de la guerrilla. Son imágenes que los dan a conocer y admirar como poder, y que debían publicarse para que una secuestrada quedara en libertad.
¿Qué hacer: publicarlos y lograr la liberación de la secuestrada? ¿No publicarlos y perder la oportunidad de que esta persona quede libre? R.- En el Manual de Estilo del diario El Tiempo de Bogotá se lee: “El Tiempo, por su carácter independiente, rechaza cualquier presión de cualquier procedencia para variar el sentido objetivo e imparcial de una información. Considera que defiende los intereses de la comunidad cuando se niega a dejarse manipular y pone a salvo su independencia por encima de cualquier consideración”. (Manual de Redacción 101.07)
En términos parecidos se expresan otros manuales que consideran la independencia del periodista y del medio como uno de los fundamentos de su dignidad y respetabilidad.
Cuando un periodista o un medio se ven dependientes de la pauta publicitaria, o de un gobierno, o de un partido, o de una empresa, o de un ejército, o de los jueces, pierde respetabilidad y, por tanto, credibilidad e influencia.
En casos como este los medios con autonomía extraen de los documentos que mediante el chantaje alguien quiere hacer publicar, la parte de información que contienen, la complementan con información independiente y publican la versión propia con la advertencia correspondiente a los receptores sobre el origen de los datos.
El público tiene derecho a saber que el grupo subversivo intentó manipular la información y que acudió a la fuerza del chantaje para hacerse propaganda.
La responsabilidad sobre las consecuencias de su acción, hace ver a medios y periodistas que no se debe ceder una vez al chantaje, porque sería como abrir una puerta por donde entrarían, con garantía de éxito, otros chantajistas dispuestos a manipular la información pública.
Documentación
Este periódico desarrolla su misión en ejercicio de la libertad de expresión, cuya vigencia inalterable es exigida y defendida en el marco institucional democrático. Rechaza enfáticamente toda forma de censura y de intervención estatal o privada que pueda distorsionar el libre ejercicio del periodismo.
Manual de redacción de El Deber de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Clarín rechaza todo presión política, religiosa, ideológica o de cualquier otra naturaleza. La función de la prensa independiente en la sociedad es informar, dar cuenta de lo que sucede con la mayor precisión y veracidad que sea posible lograr con el saber el profesional y las disponibilidades tecnológicas del periodismo moderno. Esta función a su vez es un derecho, el derecho de informar que responde al derecho ciudadano de saber.
Clarín, Buenos Aires: Manual de Estilo.
El Comercio actúa con total independencia de los distintos poderes que puedan pretender servirse de él, sean políticos, económicos, militares, religiosos, o de cualquier índole. Este es un factor indispensable para alcanzar la veracidad. Sólo cumpliendo esta norma el lector aceptará complacido los conceptos orientadores que emanen de sus páginas.
Ella se traslada a sus periodistas en la forma de restricciones sobre actividades que puedan desempeñar fuera del diario y que eventualmente afecten la independencia que deben conservar.
El Comercio. Lima. Libro de Estilo.
La Nación sostiene que el recibir información es uno de los derechos fundamentales del ser humano y que el ciudadano puede exigir que las noticias publicadas por los medios sean veraces y las opiniones honestas y libres de presiones provenientes del sector público o del privado.
La Nación, Buenos Aires, Manual de estilo y ética periodística.
El pacto de El Colombiano con sus lectores de informarlos verazmente, obliga al periódico a ser independiente. La independencia es una condición necesaria para llegar a la verdad. Y es una exigencia impuesta por el respeto debido al lector.
El Colombiano rechaza toda presión exterior proveniente de cualquier centro de poder, en razón al respeto que les debe a sus lectores que presumen veraz su información porque es libre.
El Colombiano mira toda censura directa o indirecta como una violación y usurpación del derecho de sus lectores a ser informados con libertad. El periódico, como contraprestación a la credibilidad que le otorgan sus lectores, se considera obligado a ser garante de ese derecho a una información veraz e imparcial
El Colombiano, de Medellín, Manual de estilo y redacción
Consultorio Ético de la Fundación Gabo
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