Consulta: Un noticiero de Colombia grabó con sus cámaras desde el interior del Capitolio un chat que sostenían por WhatsApp un senador con una de sus colegas mientras se votaba un proyecto del gobierno. A juicio del medio, el chat revelaba que los dos parlamentarios, quienes oficialmente hacen parte de la bancada de gobierno, se comportan en privado como oposición. ¿Es ético irrumpir en la privacidad de un congresista de esta forma en el nombre del interés público? Anónimo / Colombia

Responde Yolanda Ruiz

Las comunicaciones digitales plantean retos inmensos a la privacidad cada vez más reducida. Y son retos para la ética periodística también porque nos enfrentan a nuevos dilemas. Se debe tener en cuenta que en varios países hay leyes que protegen de manera clara las comunicaciones privadas y también hay jurisprudencia que protege la libertad de prensa cuando hay interés público.

En una primera mirada echamos mano de una recomendación ética tradicional en periodismo que plantea no hacer grabaciones si las fuentes desconocen que se van a realizar. Este concepto podría extrapolarse a las comunicaciones digitales personales para decir que se debe respetar una conversación privada. Sin embargo, no sobra recordar que para quienes desempeñan cargos públicos el derecho a la privacidad tiene límites que establece el interés colectivo. No pocos hechos de corrupción se han destapado por cuenta de conversaciones originalmente privadas que se filtran a la prensa. Cabe preguntarse si más allá de publicar lo que se filtra el periodista puede directamente “espiar” una conversación, con lo cual el dilema se hace aún más complejo. El ideal ético es que el periodista no se convierta en espía de las fuentes, aunque para algunos colegas prima el interés superior del acceso a información que puede ser importante para la sociedad. Como en todos los dilemas éticos no hay una única respuesta y en cada caso se debe evaluar en contexto para establecer si se trata de información trascendental que justifica quebrar el derecho a la privacidad. Si se decide publicar porque se considera que es de gran interés público, se debe hacer con contexto, sin manipular la conversación y, como en todo trabajo periodístico, con el contraste debido de fuentes para verificar el contenido de los mensajes y para que los involucrados puedan dar su versión de los hechos.
 

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El Consultorio Ético de la Fundación Gabo es un espacio en línea que desde el 2000 ha brindado orientación a periodistas, reporteros, editores, profesores y estudiantes de periodismo de Iberoamérica sobre los dilemas éticos que día a día se presentan en el ejercicio periodístico. Este servicio ha sido posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina. 

Las responsables del Consultorio Ético son Yolanda Ruiz, primera mujer en dirigir los servicios informativos en las dos cadenas más importantes de Colombia: Caracol y RCN Radio, y Mónica González, ganadora en 2019 del Premio Nacional de Periodismo de Chile y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo.

Cada semana, Ruiz publica una nueva respuesta a las consultas enviadas por la comunidad periodística de Iberoamérica, mientras que González publica un artículo mensual a partir de las consultas recibidas en ese período y a partir de allí ofrece un análisis sobre las preocupaciones y dilemas éticos que enfrenta la región.  

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