¿Es aceptable que en un programa biográfico o entrevista de un personaje se toquen temas donde la otra persona llore? ¿Como periodista estamos de acuerdo en 'hacer' llorar a nuestro entrevistado al tocar temas como muerte, enfermedad, abuso y otro tema fuerte? Natalia Becera / Mosquera, Colombia
Responde Yolanda Ruiz
No creo que el objetivo de ningún proyecto periodístico sea “hacer” llorar a un entrevistado si lo que se hace es un trabajo responsable. Cuando hay sufrimiento de por medio el respeto es lo que nos corresponde. Dicho esto, se entiende que muchas historias tienen componentes emocionales y muchas veces justamente un elemento humano, un testimonio en primera persona nos permite entender la magnitud de un problema, de una tragedia o de una vida. Buena parte del trabajo periodístico tiene que ver con tragedias y dolor humano y lo que la ética aconseja es no usar las emociones o el sufrimiento de una persona como un insumo y nada más. Regodearse en el dolor ajeno, usarlo, buscarlo, revictimizar no son comportamientos éticos. Como en muchos dilemas éticos enfrentar las emociones en medio de una entrevista tiene que ver con la capacidad de llegar hasta donde la persona lo permita, sin cruzar líneas que nos lleven a generar más dolor. Por eso es muy importante advertir a la fuente que se tocarán temas que pueden resultar difíciles para que pueda decidir si habla o no sobre ellos. También se debe respetar si prefiere interrumpir la conversación. Respeto y empatía siempre frente al dolor. Nos ayuda a hacer mejor el trabajo si tratamos de ponernos en los zapatos del otro, preguntarse ¿cómo me sentiría si estuviera en el lugar del entrevistado?
En los archivos de la Fundación Gabo encuentro el seminario web ¿Cómo se cubre el dolor? con la periodista mexicana Marcela Turati, quien ha investigado y reflexionado sobre el tema desde el trabajo en terreno. Ella hace varias recomendaciones y destaco entre otras: “Advertir que se harán preguntas difíciles y que la persona puede parar la entrevista, puede arrepentirse. Hacer saber que tiene el control. Mirar a los ojos”.