¿Es ético o no aceptar la financiación de una empresa comercial?
22 de Septiembre de 2016

¿Es ético o no aceptar la financiación de una empresa comercial?

Foto: Pixabay.com

Un grupo de periodistas paraguayos hemos organizado un foro para mejorar la calificación de los periodistas. Pero nos preguntamos si es ético o no aceptar la financiación de una empresa comercial. Las dudas que rodean a cualquier recurso de financiación de actividades periodísticas congresos, concursos de periodismo, cursos, publicaciones, etc. Parten de la idea de que donde hay dinero, hay riesgos para la independencia.

Y es cierto, el dinero puede convertirse en una trampa mortal para la independencia del periodista cuando lo condiciona y le señala lo que debe decir, cómo decirlo, o lo que debe callar. Siempre que el dinero o sus agentes, asumen ese papel, el dinero es un peligro para el periodista y para las organizaciones de periodistas.

Pero no siempre sucede así y es cuando el dinero compra un servicio o cumple funciones de mecenazgo que no implican retribución alguna. Cuando este es el caso, debe quedar expresamente consignado que el patrocinio no compromete de manera alguna la independencia del periodista o de su agremiación.

Sin embargo es importante tener en cuenta otro elemento: el efecto que estos apoyos en dinero pueden operar en la opinión pública y por consiguiente en la credibilidad. La credibilidad es tan importante como frágil, y puede verse afectada por lo que se aparenta. Un patrocinio de un partido político o de un gobierno, o de un candidato serán vistos como identificación ideológica o política con el patrocinado, percepción que forzosamente limitará la credibilidad del medio, del gremio o del periodista. Por consiguiente tan extrema y rechazable es la idea de prescindir completamente de esos apoyos en dinero, como peligrosa la de aceptarlos sin más y bajo la convicción de que convienen y se necesitan.

No se trata de unas ayudas inocuas, ni de dineros per se inconvenientes. El justo medio indica que no deben comprometer la independencia, ni parecer comprometerla y que, aceptadas con las debidas cautelas, permiten la realización de actividades provechosas para la profesión.

Documentación.

Jorge Fernández Días, un lúcido colega con quien trabajo en la redacción de La Nación, resumió las acechanzas que amenazan al periodismo independiente en la Argentina de hoy.Utilizar al periodismo, no como fin en sí mismo sino como un medio para realizar otros negocios, es decir, para hacer lobby, conseguir prebendas y favores.El periodismo tiene como fin la búsqueda de la verdad. Cuando uno tiene como fin ejercer influencia para obtener otros beneficios está desnaturalizando su misión y pervirtiendo su independencia.Caer preso de los anunciantes, halagarlos y tomar sus intereses como propios.Ser prisioneros promiscuos de las fuentes. Los periodistas no pueden convertirse en rehenes de quienes les entregan información. Ni pueden entrar en el toma y daca con las fuentes: "dame una primicia y yo te doy prensa".Acomodarse con el gobierno de turno, ser serviles con los funcionarios para recibir los beneficios del poder. Pierde independencia un periodista que depende de los avisos oficiales, porque es un rehén del funcionario que maneja la caja pública.Renunciar a investigar el poder por adscripciones ideológicas.Dejarse arrastrar por el influjo del público, ser complaciente con los lectores, caer así en el clientelismo y en la demagogia. El público no siempre tiene razón y el periodista pierde su independencia si entrega al lector la versión que él quiere y no le verdad desnuda e inconveniente que conoce.Darles voz solamente a quienes piensan como uno, caer en el sectarismo y encerrarnos en nuestras ideas y no fomentar el pluralismo, la diversidad y enriquecer a nuestros lectores con miradas diferentes.Fernán Saguier.
Desafíos del periodismo Real. Seminario Clarín. Buenos Aires, 2006. P. 162.

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