¿Cuál es el manejo que se le debe dar a la información judicial? La información judicial puede ser la exaltación o la degradación de la verdad y de la justicia.
Una buena información judicial es la que arroja toda la luz necesaria para ver sin confusiones los hechos y las personas que están de por medio en un proceso judicial. Es, por tanto, una acción periodística en la que se aplican las mejores técnicas de investigación que permiten llegar a la verdad posible de los hechos.
Una información de estas características es una ayuda para los agentes de la justicia, porque permite un ejercicio transparente de la acción judicial, a los implicados les garantiza el respeto de sus derechos, y a la sociedad le da un conocimiento adecuado de los procesos y de sus implicaciones en la vida común.
Una buena información judicial activa los mecanismos de la opinión pública en ayuda de una justicia justa. Es, en efecto, la expresión de la mirada ciudadana que reclama la acción moderadora y sancionadora de la justicia para castigar a los culpables y absolver a los inocentes.
El periodista que quiere hacer ese buen periodismo asume el papel de ciudadano que sirve a los demás ciudadanos proveyendo información de calidad, y evita interferir en la acción de la justicia al asumir actitudes de juez o de funcionario de la justicia.
Como ciudadano pide justicia, rechaza la impunidad, vigila el respeto que se les debe a los derechos de los ciudadanos, denuncia la violación de las leyes, se solidariza con las víctimas y con su reclamo de justicia y aporta su conocimiento de la realidad de cada día.
Documentación.
Belén Gopegui en La Escala de los Mapas, describe muy bien cómo se presenta en escena la tozuda realidad, esa realidad que siempre es la piedra de toque del Derecho y de la ética. La realidad aparece enseguida "taconeando, frívola, y masticando, despacio, una palabra boba: chanchullos". Petterson condena vigorosamente el cinismo de la prensa. El problema está en que demasiada gente considera que si el periodista no es agresivo, pintoresco y gráfico, casi hasta la zafiedad, queda muy pronto completamente marginado.
Daniel Soulez va incluso más lejos al considerar la situación francesa. En Francia, el abogado, el juez y el periodista desempeñan un papel sobre el escenario mediático policial hasta transformarlo en lo que podríamos denominar el circo judicial.
En el sistema tradicional sostiene el mismo Soulez, la policía hablaba, el juez callaba, la prensa comentaba y el abogado adoptaba una actitud discreta. "Hoy en día todo el mundo habla. El juez también. Y la justicia se administra en una doble escena, la de los medios y la judicial, con una intensa interactividad entre ambas".
La realidad tozuda es que en un escenario mediático-judicial sufre la justicia, sufre la información, pero sobre todo sufren los pacientes de la justicia y de la información, sufren los titulares de la presunción de inocencia.
En este sentido el problema actual más acuciante es establecer correctamente el juego de la presunción de inocencia, cuando las personas que estiman vulnerado su derecho por los medios informativos, no tienen en esos momentos relación alguna con la justicia.
Dicho en términos del periodismo profesional el desafío más fuerte que se presenta hoy en la presunción de inocencia, es la legitimidad del periodismo de denuncia. Para muchos de nuestros contemporáneos, ese periodismo de denuncia � o al menos la imagen que tienen de él, - es disfuncional y está suplantando al poder judicial.
Carlos Soria.
La ética de las palabras modestas. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 1997, págs. 103, 104, 105.