''Hay verdades que se deben callar si es previsible que harán mal, o que resultarán inútiles''.
22 de Septiembre de 2016

''Hay verdades que se deben callar si es previsible que harán mal, o que resultarán inútiles''.

Foto: Pixabay.com

Una mujer robó a una niña de 9 años que tenía consigo mil dólares en alhajas que le había regalado su abuela. Después de robarla la arrojó a un pozo en donde la pequeña murió ahogada. La información que se leyó decía: "Cargaba 11 mil pesos en joyas la niña asesinada. Eran regalo de su abuela." La fiscalía advirtió que esa información ponía cada vez más mal a la anciana. ¿Cómo informar este caso sin hacer daño? La verdad y la responsabilidad son dos valores que se equilibran y que aparecen con límites que impiden considerarlos como absolutos. No lo son, ni la verdad, ni la responsabilidad.

No basta que una información sea verdadera, debe además tener utilidad para la sociedad o dicho en otros términos, debe hacer bien.

Hay verdades que se deben callar si es previsible que harán mal, o que resultarán inútiles. La mayoría de las historias sobre la vida personal de los famosos, son de una inutilidad social comprobada y sólo responden a la curiosidad o al morbo del público. Son verdades de las que el buen periodismo prescinde, ante el escándalo de los negociantes que sólo piensan en la ganancia que generan las publicaciones de escándalo.

En el caso propuesto, el asesinato de la niña es una verdad que tiene un valor de denuncia y de realidad que previene a la sociedad y la convoca para tomar medidas para que un hecho de esa naturaleza no se repita. También es posible prevenir sobre el peligro de que los niños lleven consigo objetos de valor.

La denuncia sobre la imprudencia de llenar de regalos costosos a los niños, sean joyas, o juguetes o ropa, puede ser salvadora para los niños y reveladora para las familias. En este sentido puede tener mayor eficacia un análisis sereno de hecho, que una información de escándalo que, al herir, no propicia la necesaria reflexión.

Documentación.

Se llama responsable a una persona cuando se desea destacar su sentido moralmente recto y su criterio de ir pensando en los posibles efectos de su comportamiento corrigiéndolo o reforzándolo conforme a la previsión de tales efectos. Según esto la responsabilidad incluye los siguientes elementos:garantía moral,previsión de efectos que un comportamiento puede producir, yla honradez de corregir o mantener el criterio sobre su propio comportamiento.Quien piense que la libertad le permite absolutamente todo, no es un hombre responsable, porque cualquier previsión sobre los efectos de sus actos, no tienen otro carácter que el de una completa indiferencia. Con otras palabras, le da lo mismo obrar mal o bien, dañar a los demás o ayudarles, actuar justa o injustamente. Quiero decir que sin principios éticos, sin una sólida garantía moral no hay responsabilidad. Tampoco la hay si la persona que actúa no está predispuesta, también por motivos éticos, a modificar su comportamiento, si hace falta, para cumplir mejor con su deber.

Luka Brajnovic.
Deontología Periodística. Ediciones Universidad de Navarra. Pamplona, España. 1978. pp.125-126

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