¿Se debería impartir una materia sobre ética periodística durante la formación de estudiantes de Comunicación y Periodismo?
22 de Septiembre de 2016

¿Se debería impartir una materia sobre ética periodística durante la formación de estudiantes de Comunicación y Periodismo?

Foto: Pixabay.com

¿Se debería impartir una materia o seminario especial sobre ética periodística durante la formación de estudiantes en licenciatura de Comunicación y Periodismo? A la ética se llega por la vía de la experiencia sobre una base de conocimiento. Los cursos de ética en las licenciaturas de comunicación y periodismo sirven para comunicar una experiencia y compartir un conocimiento.

Sin este acceso del estudiante a lo ético, su estudio se convierte en el solo conocimiento de una tecnología, o sea una comunicación y un periodismo sin alma que, finalmente derivarían hacia un saber deshumanizado y deshumanizante.

La ética, en efecto, revela el por qué y el para qué de la comunicación y del periodismo con esa razón de ser, estos saberes alcanzan toda su relevancia social y encuentran los fundamentos de su dignidad.

Hay que recordar, además, que "la grandeza del conocimiento científico (o tecnológico, agrego yo) no se comprende solamente por lo que estos valen en sí, ni por lo que puedan producir, sino por lo que significan para el hombre y desde el hombre." (Juliana González: El Ethos, destino del hombre) Si esto puede decirse de cualquiera de las profesiones, cuánto más si se trata de comunicación y periodismo, actividades tan propicias para la humanización como para la deshumanización.

Comunicólogos y periodistas tienen que ver directamente con el ejercicio de la libertad de las personas, por tanto debe animarlos un criterio ético, bien sea para optimizar su acción o, al menos, para prevenir los daños posibles, dado el poder del instrumento que utilizan.

Documentación.

El significado profundo de la ética profesional no se encuentra propiamente en sus manifestaciones expresas. No se formula en ninguna asignatura o materia de los planes de estudio, ni siquiera en las carreras humanísticas. Lo más importante y vivo de esa ética no está en libros ni en códigos, ni en juramentos al menos no se agota en ellos. Es algo implícito, subyacente, mucho más amplio y fundamental: está de hecho en las raíces humanas de la actividad científica, o cultural en que se ha puesto la vida.

Por otra parte, ha de advertirse que, en sus aspectos básicos, la ética profesional no se adquiere tras el egreso y ya en la práctica de la profesión, sino que se va gestando y desarrollando en la propia formación académica o universitaria, se halla implícita en la significación humana de toda disciplina y en el proceso mismo de su aprendizaje cuando este es integral. La formación ética, en este sentido, es correlativa a la formación intelectual y ha de llegar a ser indisoluble de ésta, en la medida en que se trata de una genuina formación y no de una mera acumulación informativa de conocimientos.

El aprendizaje como tal, particularmente el universitario, conlleva la adquisición de una serie de virtudes éticas, que han de persistir y hacer parte de los rasgos que definen la llamada ética profesional.

Juliana González.
El ethos, Destino del hombre. Fondo de Cultura Económica, México, 1996, p. 93.

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