¿Cuán ético es ofrecerles bonos de transporte a los periodistas que participan en unas entrevistas colectivas dentro de un proyecto denominado Representaciones Mediáticas del conflicto? Cuando los códigos y los Manuales de Estilo prohíben que al periodista se lo halague con regalos, ventajas, favores o cualquier clase de prebendas, quieren preservar su independencia, por cuanto esta es una calidad indispensable para llegar a la verdad. Esto lo saben muy bien las entidades que invitan a los periodistas a viajes placenteros, o los abruman con costosos regalos o les conceden comprometedores favores. Algunos medios de comunicación tienen la norma que prohíbe a sus periodistas aceptar obsequios, salvo que se trate de objetos de escaso valor comercial o de valor simbólico.
Algunos periodistas se ofenden, porque dicen que su conciencia no tiene precio. La norma da por sabido que puede haber conciencias así y otras que posiblemente tienen un bajo o alto precio y que, por tanto, al entregar su independencia ponen en serio peligro su tarea esencial, la de informar de modo independiente.
Dentro de este contexto no se ve por qué el suministro de servicios elementales pueda atentar contra la independencia de los periodistas. Los bonos de transporte, una libreta, la energía para sus grabadoras, cámaras o computadores, alguna bebida refrescante o un emparedado no lo comprometen, como sí ocurriría con el pago del hotel, o del viaje aéreo o de costosas comidas.
Documentación.
Está absolutamente prohibido a los profesionales de La Nación aceptar ningún tipo de retribución ajena por haber participado de cualquier forma en la publicación de una noticia, un aviso, una colaboración, etc.
El trabajo de los integrantes del personal del diario es retribuido en exclusividad por la empresa.
Principios éticos y de conducta profesional de La Nación.( Buenos Aires) Manual de Estilo, p.46
Costeamos nuestros propios gastos.
No aceptamos regalos ni dádivas de parte de las fuentes de información.
No aceptamos viajes gratis.
No aceptamos ni aspiramos a tener un tratamiento preferencial que se nos podría extender debido a la posición que ocupamos.
Las excepciones a la norma de no aceptar regalos son pocas y obvias. Las invitaciones a comer, por ejemplo, pueden ser aceptadas cuando son infrecuentes y candorosas, pero no cuando se repiten y su propósito es deliberadamente especulador.
Tenemos prohibido aceptar entradas gratis a cualquier acontecimiento que no es gratuito para el público. Las únicas excepciones son los palcos de prensa. Cada vez que esto sea posible, se tomarán las medidas del caso para pagar las entradas.Código de conducta de The Washington Post.
Ningún periodista de El Tiempo puede, en ninguna circunstancia, aceptar regalos o dádivas de una fuente informativa. Todos los obsequios que puedan llegarle de manera espontánea a la oficina o a la casa, deben entregarse a las directivas del periódico, las cuales procederán a su devolución. Las fuentes a que se refiere esta prohibición no son solo las que el periodista maneja, sino toda fuente potencial de información para el periódico. De esta prohibición se exceptúan los obsequios de valor simbólico y no comercial.
Manual de Redacción de El Tiempo, Bogotá. A 10215.