¿Qué opinan los códigos éticos sobre el secreto profesional del periodista?
22 de Septiembre de 2016

¿Qué opinan los códigos éticos sobre el secreto profesional del periodista?

Foto: Pixabay.com

¿Qué opinan los códigos éticos sobre el secreto profesional del periodista?
Los códigos de ética urgen el deber del secreto cuando el periodista ha prometido confidencialidad. "(El periodista) debe respetar todas las confidencias recibidas en el ejercicio de la profesión." C. de Australia, A 3 "El secreto profesional debe ser observado en todas las materias reveladas confidencialmente." C. Birmania, A 5. "Si el periodista asegura que una conversación no será publicada, deberá cumplir su promesa." C Corea del Sur, D3. "Se impone el respeto a los compromisos contraidos, incluso corriendo el riesgo de sanciones penales." C. Francia, I,5

Pero los códigos consideran relativo ese deber del sigilo. Está subordinado. "El interés público prevalece." Federación Internacional de Editores de Periódicos, 8 y 9 "Se acepta que pueda quebrantar esta regla del secreto profesional, en beneficio de la sociedad," C Canadá, B 3.

De hecho es un deber del periodista para con sus lectores, darles a conocer las fuentes de su información, por tanto debe ser renuente a aceptar pactos de secreto con las fuentes, salvo que la publicación de sus nombres pueda acarrearles la pérdida de su trabajo, de su integridad o de su vida. Eliminar estos temores es la razón de ser de este mecanismo puesto al servicio de la tarea esencial del periodista: acceder a la verdad. El sigilo, pues, está hecho para proteger el derecho a la información, que es el que en último término resguardan las normas constitucionales sobre secreto del periodista en los distintos países.

En tratándose de imputaciones penales contra terceros por parte de una fuente que pide reserva de su nombre, el primer deber de un medio de comunicación es dar la oportunidad a esos terceros de aportar su punto de vista, antes de decidir si la imputación se publica. En esa decisión pesa el hecho de que un periódico o medio de comunicación se hace responsable de la publicación de estas imputaciones sea que mencione a la fuente o que la reserve. El periódico corre con los riesgos y responsabilidades del anónimo denunciante.

Desde el punto de vista ético el uso del sigilo debe restringirse a aquellos casos en que el periodista necesita prometer confidencialidad a una fuente cuya vida o su trabajo estuvieren amenazados, para tener acceso a una verdad de interés público.

Documentación.

A los periodistas les es útil prometer confidencialidad por muchas razones: cortesía, amistad, facilitar la conversación. Sin embargo la mejor razón es la más coherente con la definición básica de la empresa periodística en ciertas circunstancias la confidencialidad puede aumentar la cantidad de información útil de la que podrá disponer el público. Por ejemplo, al prometer confidencialidad un reportero puede persuadir a una persona atemorizada para que describa un delito del cual ha sido testigo. Esto podrá llevar al periódico a identificar al criminal que de otra forma hubiera seguido en libertad. En un aspecto menos dramático, a menudo se puede persuadir a la gente involucrada para que aporte detalles sobre alguna decisión o actividad si se les puede asegurar que sus colegas no se enterarán de quién reveló los detalles.

A esto se opone la dificultad que plantea el hecho de callar la fuente para el lector que desea evaluar la confiabilidad de la información. Una acusación de que alguien abusó del poder en el gobierno significa algo diferente cuando proviene de un contrincante en una campaña electoral, a cuando se origina en su asistente de confianza. La identidad de la fuente con frecuencia es el hecho más importante en una historia. La anatomía de la filtración de una noticia en Washington con frecuencia dice más sobre la situación política del momento que cualquier dato filtrado. Por último, el secreto respecto de las fuentes hace difícil, cuando la filtración es errónea, que se confronte con la verdad a la fuente de la filtración.

El uso de las fuentes confidenciales también puede proteger a un mentiroso o a un manipulador. Si una fuente anónima miente y el reportero publica la mentira, ¿cómo puede corregir el reportero esa situación cuando se entere de la verdad? Si ha hecho una promesa inequívoca de confidencialidad está obligado por la palabra empeñada a no revelar la fuente del engaño.

Los peligros de apoyarse en las fuentes anónimas deben llevar a los periódicos a desalentar con fuerza todas las promesas inequívocas de mantener en silencio la fuente de una información publicada.Jack Fuller
Valores Periodísticos. Sip. 1996. P. 50 y 51.

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