¿Cuál es el código ético de los comunicadores? En esencia es el mismo código que rige para los periodistas, sólo que su núcleo, en vez de ser el compromiso con la verdad, es el deber de comunicar, que algunos llaman comunicabilidad.
No quiere decir esto que el comunicador no tenga compromiso con la verdad, que también lo tiene, sino que toda su actividad está centrada en el acto de comunicar, de donde se derivan los otros deberes.
Entre ellos hay que destacar el ya mencionado compromiso con la verdad y con él, la responsabilidad para con la sociedad. Son valores imprescindibles, que se interrelacionan y que en conjunto dan el perfil ideal del comunicólogo. Cuyo trabajo será efectivo si, además del compromiso con la verdad y su responsabilidad con la sociedad, es un trabajo libre de un comunicador libre. Esta libertad, desde luego, no es cualidad propia de la comunicación, sino de quien comunica.
Pero estos valores son los mismos que distinguen a un buen ser humano, por donde es forzoso concluir que la ética del comunicador es la misma que sirve de guía para la construcción e todo buen ser humano.
En síntesis, puesto que la comunicación es una prolongación de la persona, su ética está regida por los principios que hacen de cualquiera persona un buen ser humano, y entre ellos deben destacarse el compromiso con la verdad, la responsabilidad para con la sociedad y la independencia.
Documentación.
Los valores éticos que rigen el actuar comunicacional son los mismos valores que impregnan la ética del ser humano. Para considerarse un comunicador ético es necesario saber vivir esos valores en su entorno personal y familiar. El respeto a estos valores ayudará a construir la convivencia social. No se concibe un director irreverente con al trato a las personas pero que se levante como un defensor de la dignidad de las personas.
La dignidad humana es el principal valor que debe respetar defender y difundir un medio de comunicación. No tiene sentido hablar de comunicación o información si no se contribuye a dignificar a la persona. Todos los valores humanos y los valores que rigen el actuar comunicativo se supeditan al respeto a la dignidad humana que no es otra cosa que el respeto a la vida.
La ética, como arte de vivir, necesariamente debe respetar y defender ese derecho en los demás. Por eso el actuar comunicativo se debe a un profundo respeto al receptor o espectador, un respeto para el sujeto que es formado a través de la información.
Para respetar la dignidad del ser humano es imprescindible que el acto comunicativo sea libre. En todas y cada una de las declaraciones y códigos periodísticos se manifiesta el deseo y la necesidad de realizar la actividad comunicativa dentro de un marco de libertad. El informe Mac Bride y la resolución de la "Comisión Hutchins" fueron las primeras voces que plantearon seriamente un ejercicio limitado de esa libertad: la responsabilidad.
El ser humano, el ciudadano, es el sujeto del derecho a la información y a la expresión. Ante la dificultad, si no imposibilidad, de ejercerlo individualmente, la sociedad delega esa función en los profesionales. La libertad de expresión e información es ejercida por el comunicador como un deber ante la sociedad. El derecho es del individuo, que lo cede al comunicador, por eso se obliga, para facilitar su realización, hacerlo real. Por tanto, la libertad de expresión no puede ser justificada, desde las leyes de mercado, pues no contribuiría al bien común, fin último que la sociedad persigue.
Juan Manuel Ijurko
ética de la Comunicación.
Escuela superior de comunicación audiovisual. La Paz. pp 7, 8.