Sobre conseguir la noticia a cualquier precio, ¿cuál es el juicio ético?
Respuesta: En una respuesta reciente, la 887, se había respondido al mismo consultante sobre este tema, en relación con el plagio como forma de publicar la noticia a cualquier costo. En la práctica periodística tiene especial validez el principio ético de que el fin no justifica los medios. Sobre todo cuando la elección de los medios está urgida e impuesta por motivaciones tan endebles como la necesidad de conservar el puesto de trabajo, o de ganarle a la competencia. En los códigos existe una reveladora coincidencia cuando, al hablar sobre los métodos para obtener la noticia, se condenan las prácticas desleales y deshonestas. Estas prácticas, en efecto, vulneran la autoridad moral del periodista y del medio, fundamento de su credibilidad. Este factor no debe menospreciarse, dada su irreemplazable importancia dentro del proceso informativo. Dada la multiplicación de los medios de comunicación y la posibilidad, para cualquier receptor de noticias, de comparar versiones, no les basta a las audiencias el qué de la noticia reclaman, además, quién la dice, para concluir en la determinación de a quién se le puede creer y a quién no. Esta es una forma de exigir no solo la verdad de las noticias, sino una autoridad moral que respalde su versión. El austero camino hacia la verdad debe estar despejado de engaños que perviertan su naturaleza. Las prácticas dudosas suelen ser recursos habilidosos para acortar el camino y ahorrar trabajo, como sucede con la compra de información, la selección de fuentes influenciables o favorables al propio punto de vista, el robo de documentos, o el plagio. En esos casos se reemplaza el rigor científico por la astucia, que compromete la integridad de la verdad y la credibilidad de quien informa. Cuando el recurso habilidoso es la copia del trabajo ajeno, se agregan la injusticia y la mentira.
Documentación
La ética profesional exige que los periodistas se abstengan de emplear métodos indecorosos, de ejercer presiones y de emplear la extorsión para reunir informaciones y al descubrir o comprobar situaciones de hecho. A este respecto, la Carta sobre la Integridad Profesional, aprobada por los periodistas de lengua francesa del Canadá, dice: "Un periodista digno de ese nombre debe abstenerse de emplear medios poco decorosos, el fraude, la extorsión y la intimidación para lograr el acceso a las informaciones o enterarse de la verdad. Salvo en circunstancias especiales, no debe negar o disimular su calidad de periodista para lograr informaciones que de otra manera se le hubieran negado. Jamás aceptará el soborno. Rechazará regalos o beneficios personales susceptibles de disminuir su independencia o de influir en su libertad de pensamiento o acción. No tendrá ninguna actividad comercial que sea incompatible con el libre ejercicio de su profesión o que se oponga a su misión. No refrendará con su firma ningún texto a cambio de dinero ni hará publicidad por encargo." Niceto Blázquez. ética y Medios de Comunicación. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1994. P.158