¿Es ético que un director de medio pregunte a las fuentes si los reporteros les exigen paga por sus publicaciones?
R.- El caso puede ser objeto de distintas miradas:
a) Desde el punto de vista del director, se trata de preservar la independencia y credibilidad del medio, que podrían ponerse en peligro en el caso de un periodista que cobra por informar.
b) Desde el punto de vista del periodista honesto, esto se ve como una manifestación de desconfianza que resulta superflua y ofensiva a la vez.
c) El periodista deshonesto, que acostumbra exigir y recibir dinero, mirará esto con alarma y como un obstáculo para sus prácticas habituales.
De estas tres miradas se puede rescatar la conciencia clara del medio y del periodista sobre el grave daño que reciben como consecuencia de estas prácticas. Cualquier dinero recibido por una información lesionan gravemente la credibilidad del periodista y del medio.
Pero el daño principal se le hace al receptor de la información que, en adelante, no podrá confiar en un medio que compra o vende información.
Se extrae, además, el papel fundamental de la confianza en las relaciones entre medios y periodistas, y entre medio, periodistas y público.
La práctica detectivesca puede preservar la credibilidad, pero lesiona la confianza; han de preferirse, por tanto, otros métodos que protejan a la vez la credibilidad y la confianza. Uno de ellos: revisar la paga de los periodistas. Cuando es escasa e injusta, alienta prácticas dañinas para todos.
Documentación
Los principios internacionales de ética profesional del periodismo de Unesco establecen que “la integridad profesional prohíbe al periodista aceptar cualquier forma de remuneración lícita, directa o indirecta. Por otro lado la Federación Internacional de Periodistas, en la Declaración de Principios sobre la Conducta de Periodistas explica como falta profesional grave entre otras, la aceptación de alguna gratificación “como consecuencia de la publicación de una información o de su supresión”.
El código del Colegio de periodistas de Cataluña propone que, para mantener la necesaria independencia en la decisión de los temas que debe publicar y evitar así las influencias externas, la redacción de un medio “rechazará cualquier invitación, viaje, compensación económica o regalo ajeno a la empresa”. Además en el capítulo 7 añade que es necesario “no aceptar nunca retribución o gratificación de terceros que puedan promover, orientar, influir o haber publicado informaciones u opiniones”. Y en el anexo 4 del código, amplía precisamente ese criterio y declara que es “éticamente reprobable” la percepción de retribuciones o gratificaciones de terceros “especialmente en casos verificables de influencia y/o relación entre la remuneración o gratificación percibida y el acto informativo vinculado al interesado, sea como actor o inductor”.
Francesc Salgado: Los obsequios inocuos. En La ética informativa vista por los ciudadanos. Editorial UOC, Barcelona, 2010 p 165.
Consultorio Ético de la Fundación Gabo
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