¿Cómo hacer para que los medios de comunicación en latinoamerica tengan en cuenta la información de los centros mineros?
21 de Septiembre de 2016

¿Cómo hacer para que los medios de comunicación en latinoamerica tengan en cuenta la información de los centros mineros?

¿Cómo se puede hacer para que en el contexto latinoamericano se tenga en cuenta la información del centro minero de Huanuni y de los centros mineros?

Respuesta:  Un tema o una idea llegan a ser tenidos en cuenta en el mundo de los medios informativos por el interés, la actualidad, la presentación oportuna y el impacto de la información en lo público. Hay otros caminos: las relaciones públicas, el apoyo de publicistas o las presiones del poder, pero una información manejada así tiene un efecto transitorio y le resta dignidad a la entidad, idea o hecho que están de por medio. Cuando se trata de noticias importantes, estas se imponen por sí mismas y no necesitan adjetivos ni los artificios de lo publicitario; sin embargo esto no basta. Siempre será necesaria la capacidad de valoración del periodista y del consejo de redacción con que trabaja. Esa capacidad puede ser disminuida o anulada, por una formación deficiente, o por el influjo de intereses personales o institucionales que limitan el horizonte informativo al propio provecho. El ideal, en efecto, es un sentido de lo público, abierto a todos los temas que afectan a la sociedad y a los seres humanos, sin exclusiones. Ante las dificultades que esto supone, aparece el peligro del recurso a los ya mencionados caminos fáciles en que todo se resuelve con propuestas de relaciones públicas, publicidad o de compra de voluntades. Estas prácticas no garantizan una información creíble y acaban degradando al periodismo y a las propias noticias que así se inducen.

Documentación

Mi obsesión tiene que ver con el apocalíptico despliegue y la posterior sumisión de los norteamericanos, después del atentado de las torres gemelas de Nueva York, a los dictados del señor Bush. Me refiero a esa misma descarada voz del amo que repiten nuestros medios como un eco obligado inevitable, pero también cada día más insoportable. Este es el primer ingrediente que nos ha puesto en la mesa esa voz que es la de los periodistas, los que están viviendo esa esquizofrenia desde dentro y en lucha con ella: la ausencia de relatos y, por tanto, de vida cotidiana y capacidad para entender lo que está pasando en este país. Por eso resulta pertinente llamar a la agenda predominante de los medios como agenda machista porque sigue asociando lo importante con lo que concierne a la política como “asunto de hombres.” La cuestión es, entonces que en los medios no caben los temas que hacen la vida cotidiana de la gente, sus preocupaciones y sus sueños con respecto a la educación de los hijos y a la salud que es lo que obsesiona a la mayoría de los colombianos. La relación de la inmensa mayoría de los periodistas con la realidad sigue siendo una relación elemental. Y entonces, ¿para qué sirven los saberes universitarios si no permiten descifrar la complejidad de lo social de hoy? Ya no podemos acudir a aquella queja de los viejos periodistas empíricos diciendo “ es que los jóvenes egresados no saben lo que solo sabemos quienes estamos en la vida y en la bohemia,” como hasta hace poco decía nuestro amigo Gabriel García Márquez. Frente a lo cual repetidas veces he escrito que lo que hoy necesita un periodista es una mayor capacidad intelectual y crítica. Otro déficit aún más grave, que llegan a los medios sin la más mínima capacidad subversiva que uno espera de un adolescente o de un joven. ¿Qué estamos formando entonces? El tercer aspecto se refiere a las contradicciones en que se mueven cuando, por un lado, un buen porcentaje dice que no son independientes pero, por otro lado, no perciben en su vida cotidiana la influencia de los grandes poderes políticos y económicos. Considero que esto no se relaciona, en modo alguno, con una alta autoestima sino algo muy diferente, con el autoengaño que proviene de una enorme ingenuidad y de una profunda autocensura, tanto que han perdido la conciencia de ella. En lugar de autoestima lo que percibo es que tienen un “yo” muy chiquito y un “super-yo” gigantesco. El superego de la normativa de la empresa actuando como conciencia que a cada rato alerta que la independencia les puede costar el empleo. Y entonces no es extraño que los periodistas no tengan conciencia de la dependencia, de las condiciones reales en que ejercen su oficio, de las deformaciones de un discurso moldeado por intereses muy densos – y ciertamente opacos, nada transparentes, provenientes del mundo de la política y la economía. No aparece en la agenda de los medios: ¿ de qué guardan memoria los medios? ¿Qué horizonte de futuro construyen los medios? ¿Qué horizontes de futuro elaboran? ¿De qué ingredientes está hecho el futuro de este país en la agenda de los medios? Jesús Martin Barbero en ¿Qué es la noticia? Foro convocado por la fundación Konrad Adenauer y Universidad Javeriana. Ediciones Antropos, Bogotá, 2004. Pp. 127, 128, 129.

©Fundación Gabo 2024 - Todos los derechos reservados.