Un periodista debe informar a la sociedad sobre los acontecimientos. ¿Es correcto que mezcle dentro de su trabajo reclamos, denuncias y abusos? ¿Es posible eso, sin hacer un juzgamiento en la nota periodística?
Respuesta: La información que el periodista le entrega a la sociedad es la que tiene que ver con el bien común, a veces sobre asuntos económicos, o culturales, o de justicia o de política, en fin, todo lo que de alguna manera concierne al bien de todos. La idea de que solo se informa sobre “acontecimientos” o sea “sucesos de gran resonancia” limita el horizonte del periodista. Dentro de los temas que abarca la prensa se contemplan los reclamos, puesto que un periódico o un noticiero tienen por misión potenciar la voz de los ciudadanos que exigen, que protestan o que piden la cesación o la sanción de los abusos. Abarca, pues, las muy variadas expresiones de la ciudadanía, porque la prensa, lo mismo que el periodista, son la voz de esos ciudadanos. Y esta es la tarea más dignificadora de la profesión. Mal se puede pensar en un periodismo alejado de la comunidad y dedicado a la tarea aséptica de sólo registrar “acontecimientos.” El reclamo de la ciudadanía, sus denuncias, sus protestas contra los abusos no necesariamente implican juzgamientos. Ni el juzgamiento, de por sí es condenable. Un caso de extorsión, uno de corrupción, o un secuestro deben ser juzgados y condenados, lo mismo que un buen desempeño administrativo o un comportamiento ciudadano ejemplar, deben ser aplaudidos. En otras noticias el periodista no juzgará, porque no le corresponde hacerlo, pero sí aportará elementos de juicio que le permitan saber, al lector, si un reclamo o una denuncia tienen validez o no.
Documentación
El efecto de la noticia que funciona realmente como tal, es conseguir que la gente hable de aquel hecho que la noticia define y comunica y que, al hablar de él, piense en lo que significa. El significado de las cosas y las acciones se concreta en la conversación. Y cuando la gente piense en lo que dicen los medios que pasa en el mundo, se diga enseguida qué va a pasar, cuáles son los efectos y consecuencias de aquél hecho, qué otros hechos van a seguirle. Eso supone que toda noticia hace pensar al que la recibe en sus repercusiones, lo que equivale a pensar oscuramente en las noticias que van a seguir y en su posible significado. Por consiguiente puede decirse que es más noticia que otra, aquella que más se quede grabada en la mente del lector u oyente y durante más tiempo le ayude a interpretar un cierto número de hechos sucesivos y posteriores. O también se puede decir que es más noticia la que abra un filón de hechos (consecuencias, repercusiones) importantes y duraderos, que modifique más el curso de los acontecimientos o que tenga mayor trascendencia en el futuro. En definitiva es más noticia la que tiene más repercusiones, que hará decir más y más cosas, que se prolongará más tiempo en el mismo medio que la ha dado y en otros que la recojan. La mejor noticia será la que haga entender lo que pasa, y hacerse cargo de lo que va a pasar, para entender lo que le espera o también algo en lo que él pueda influir. La noticia más provechosa para la actuación de más personas durante más tiempo será, con toda lógica más noticia que aquella que sirva a menos personas para actuar durante menos tiempo y mucho más que aquella que ni siquiera consiga que la gente hable de un hecho y, al hacerlo, piense en él. Lorenzo Gomis: Teoría del Periodismo. Paidos, Barcelona, 1997. Pp 92,93