¿Cómo manejar desde el punto de vista ético los acuerdos laborales de pagos a periodistas?

Respuesta: Los manuales de estilo y los códigos de ética previenen esta práctica corruptora con normas claras al respecto. Hay un principio comúnmente aceptado en la prensa respetable, y es que la noticia no se compra ni se vende. Debe ser completamente libre y sujeta al criterio profesional del periodista. Cuando no hay esa libertad porque está interferida por la presión de alguien – amenazas, por ejemplo, u ofrecimientos de cualquier clase, en dinero, favores o privilegios- la información pierde calidad y credibilidad. En efecto, para que una información tenga calidad, deberá estar ajustada a los hechos y solo a los hechos. Cualquier intento de adecuarla a las intenciones de alguien o de alguna institución, la despoja de su calidad de información y la convierte en propaganda o en mentira. El periódico al privilegiar la información institucional de la entidad, dejó de informar y se convirtió en propagandista a un alto precio. Para cualquier lector con talante crítico, el despliegue informativo sobre un evento que al público apenas si le interesa, es un acto propagandístico y no informativo. Habría que agregar que esta práctica de soborno a los periodistas tiene un doble efecto dañino: reduce la credibilidad de medios y periodistas y resta credibilidad a las gestiones de relaciones públicas y de publicidad de las instituciones que las adoptan. Una entidad, o un producto de calidad no necesitan el apoyo del dinero para anunciarse. El apoyo en dinero, por el contrario, demuestra poca fe en la capacidad del producto para imponerse por su cuenta.
Documentación
No aceptamos regalos ni dádivas de parte de las fuentes de información. No aceptamos viajes gratis. No aceptamos ni aspiramos a tener un tratamiento preferencial que se nos podría conceder debido a la posición que ocupamos. Las excepciones a la norma de no aceptar regalos ni dádivas son pocas y obvias. Tenemos prohibido aceptar entradas gratis a cualquier acontecimiento que no es gratuito para el público. Las únicas excepciones son las ubicaciones que no se venden al público, como los palcos de prensa. Cada vez que esto sea posible, se tomarán las medidas del caso para pagar las entradas. Código de Conducta de The Washington Post. El Tiempo tiene como política pagar los gastos de viajes y desplazamientos de sus periodistas para el cubrimiento de hechos noticiosos. Cuando por alguna razón esto no sea posible y haya de por medio una invitación que incluya gastos de viaje, hospedajes o viáticos, esta situación debe ser puesta en conocimiento de las directivas de la Redacción y solo podrá ser aceptada con la expresa autorización de las mismas. Antes de publicarse, toda información que emane de este tipo de invitaciones tiene que ser consultada y aprobada por las directivas de la Redacción y en todos los casos debe advertírsele expresamente al lector que se trata de una invitación. Manual de Redacción de El Tiempo, de Bogotá, Colombia. A 1.02.17