Consultorio Ético de la Fundación Gabo
21 de Septiembre de 2016

Consultorio Ético de la Fundación Gabo

¿Cuáles son los límites y diferencias entre libertad de prensa y libertad de expresión?

Respuesta: Se trata de dos expresiones de la libertad, distintas y en ninguna forma asimilables. La libertad de empresa garantiza el ejercicio de la actividad económica y la iniciativa privada sin más límites que los que protegen el bien común. Es un derecho que supone responsabilidades. Otra cosa es la libertad de expresión, que es el derecho a difundir contenidos simbólicos. La defienden las constituciones de los países democráticos, como parte de la esencia de la democracia porque denuncia la injusticia, hace control al ejercicio de las funciones públicas, investiga el acontecer incierto y alerta a la sociedad cuando la amenazan peligros de diversa índole. Como se ve, se trata de ejercicios distintos de la libertad que contribuyen, cada uno en su área, a la consolidación de las libertades de la sociedad. Teniendo en cuenta ese objetivo, es posible establecer las prioridades que impone la relación de esas libertades con el bien común, y cómo deben operar en un medio de comunicación. Es evidente que la libertad de empresa está al servicio de la libertad de expresión y no al contrario. De hecho la empresa de comunicación es una entidad de servicio público y, por tanto, opera en función del bien público a través de la información y la expresión pública. La empresa de comunicación está hecha, principalmente, para potenciar la expresión y la información y, secundariamente, es un negocio. Debe ser buen negocio para que el servicio de información y expresión sea eficaz. En eso se diferencia de cualquiera otra empresa. Su libertad de empresa es una garantía para la libertad de expresión e información. Cuando esto no es claro para empresarios y periodistas, aparecen as confusiones y los conflictos.

Documentación

La libertad de expresión, la transparencia, es decir, la democracia en sí, no tiene sentido ni funciona como debería, si no hay confianza en el Estado, o si no hay entre los diferentes grupos de personas que habitan sociedad y territorio. Quien intente medir el grado de confianza en un país, va a comprobar que en un lugar en donde las personas tienen alto grado de confianza en sus vecinos, colegas, profesores, periodistas, policías, médicos y políticos, es un país en el que la democracia tiene buena salud. Quiero decir que el periodismo libre no es el objetivo final. El periodismo libre es un actor clave, una herramienta, un medio para construir un clima social donde prevalezca la confianza y donde cada actor social juegue su papel sin interferir de modo violento e injusto con los demás. Donde hay confianza hay buen periodismo. Hay democracia, y donde hay buen periodismo la confianza puede crecer y la democracia también. Es una cadena que no funciona si uno de los eslabones es débil. Lars Mogensen en Periodismo y Democracia. Correveidile, La Paz, 2008, p. 21

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