¿Como actuar en el caso de tener una productora que pidió licencia para dedicarse a la política y que ahora quiere retornar a su puesto de trabajo?
21 de Septiembre de 2016

¿Como actuar en el caso de tener una productora que pidió licencia para dedicarse a la política y que ahora quiere retornar a su puesto de trabajo?

Una de mis productoras decidió pedir licencia dos meses antes de las elecciones para dedicarse de lleno a la campaña política como candidata a regidora. Al no ganar las elecciones quiere retornar a su puesto de trabajo. ¿Qué podemos hacer ante este caso? ¿Qué es o no válido en este conflicto que sentimos ha ocasionado una situación que por primera vez sucede en nuestra radio?

Respuesta: Los medios que han adoptado la norma de mantener cerrada la puerta de entrada a quienes han cruzado la de salida para desempeñarse en el campo de la política, tienen buenas razones para hacerlo. 1. Les cierran la entrada porque se pondría en peligro la credibilidad del medio. Esa credibilidad ya fue afectada cuando el periodista saltó a la política, en un gesto que dio elementos para pensar que el medio de comunicación es solo estación de paso hacia la política o hacia los cargos oficiales. El regreso aceptado sólo acentuaría esa percepción en los oyentes. 2. La credibilidad del propio periodista tránsfuga queda severamente lesionada, de modo que al regresar será visto como el propagandista de un grupo político, o de un gobierno, incrustado estratégicamente en un medio de comunicación. 3. Se considera indebido el uso de la imagen que le ha dado el medio de comunicación, para sustentar una campaña política. El regreso no daría garantía alguna de que esa imagen vaya a ser honestamente manejada en el futuro. 4. La confusión de roles entre periodistas y políticos, siempre será funesta porque pone en tela de juicio la independencia del periodista, que es la base de su credibilidad. 5. Un medio de comunicación que permite ese retorno estimula la práctica del transfuguismo que reduce los medios al pobre papel de estación de paso hacia la política o hacia el poder público.

Documentación

 El periodismo del poder es cómplice, monótono, convencional, formal, reiterativo, unilateral, oscuro, interesado, propagador de medias verdades. Y el periodismo de la gente es el contrapoder: crítico, propositivo, actual, visionario, demandante, fiscalizador, solidario, exigente a la hora de la rendición de cuentas de quienes manejan los servicios públicos. El periodismo del poder es gris, rutinario, versiones oficiales, conferencias de prensa, boletines escuetos, declaraciones de funcionarios (sin preguntas, por favor) documentos mal redactados. Es caja de resonancia y altoparlante de las voces autorizadas que difunde exclusivamente lo que el poder quiere que se divulgue. El periodismo del poder no duda, no confronta, no contrasta, no repregunta, no investiga, no admite objeciones, no tolera puntos de vista distintos. Su política es decir únicamente lo que conviene decir para que no se afecte la imagen del poder. El periodismo de la gente es lo contrario: impulsa la duda permanente, cuestiona la lógica tradicional, critica, indaga, revela, repregunta, pone en escena otros ángulos de la realidad. Es la duda permanente, el escepticismo, la búsqueda del bien común R.Darío Buitrón y Fernando Astudillo: Periodismo por Dentro. Ciespal, Quito, 2005. Pp 35,36

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