¿Cómo cubrir de manera ética las informaciones sobre terroristas?
21 de Septiembre de 2016

¿Cómo cubrir de manera ética las informaciones sobre terroristas?

La televisión española contrata periodistas de confianza para encargarles trabajos delicados siempre relacionados con asuntos de terrorismo de ETA.
¿El carácter delicado de algunas informaciones puede justificar y afectar los procedimientos profesionales?
¿Es ético trabajar en hacer coincidentes los intereses de un gobierno con los de un medio de información?

Respuesta: Toda información demanda del periodista el ejercicio de su compromiso con la verdad, de su independencia y de su responsabilidad con la sociedad. Pero hay noticias en las que esa demanda es más intensa y, por tanto. afecta los procedimientos profesionales al someterlos a patrones éticos más exigentes. Cuando, por ejemplo, se informa sobre la posibilidad de una catástrofe: un volcán en erupción, un incendio forestal en las vecindades de una población, o una avalancha inminente, la información debe ser más rigurosa en materia de verdad y de responsabilidad que las noticias sobre un evento cultural, o una posesión presidencial. La diferencia está en el impacto inmediato que aquellas producen, muy diferente del que tienen estas últimas. Las noticias sobre terrorismo, muy similares a las noticias sobre guerra, son de impacto mayor que otras noticias, al mismo tiempo que son susceptibles de manejo político por parte de sus protagonistas y de las fuentes. Puesto entre ellos, el gobierno y la subversión, el periodista necesita un equilibrio que le permita servir eficazmente al tercero en disputa, que es el ciudadano común. La vecindad del periodista con el gobierno, o con la subversión, compromete el carácter universal de su información y lo acerca al tono de lo propagandístico. Para servir eficazmente al receptor de la información y, por consiguiente a toda la sociedad, la noticia debe darse desde una actitud de total independencia, con apego riguroso a las normas de veracidad y teniendo en cuenta los efectos posibles de la información sobre sus receptores para prevenir los dañinos. Ni el gobierno, ni sus opositores –armados o no- han de tener prioridad en la intencionalidad del periodista. Desde el punto de vista ético – así lo ratifican códigos y manuales- la máxima y única prioridad del periodista es su lector, oyente o televidente.

Documentación

 La neutralidad es posible como una acción colectiva y como una búsqueda de tomar y defender iniciativas que defiendan la vida. Desde ese punto de vista la defensa de la neutralidad es el llamado a un compromiso no partidista con la vida y lo que sea la vida misma, en este contexto, no exige ser puesto en términos del lenguaje proposicional. El llamado a y la defensa de la neutralidad no es, pues, otra cosa que la adopción del principio de inteligencia según el cual para la defensa de la vida son válidas todas las estrategias y tácticas, con tal que no se claudique. Bajo ningún pretexto ante las armas y los términos de la violencia, la traición a sí mismo y a los otros, la debilidad ante la intimidación, las presiones y la fuerza. Armas y términos de la violencia son la sumisión y la complicidad. Todos o casi todos reconocemos algunos rasgos de estos seres humanos que saben de neutralidad: son seres humanos íntegros,- un rasgo ético- integridad moral, integridad humana –son incorruptibles e intransigentes con la apariencia, las veleidades y los facilismos; son abiertos, transparentes y directos – rasgos al mismo tiempo morales, lógicos y metodológicos.- y son cálidos y joviales. Si la neutralidad es posible, entonces es posible el cuidado de la vida ajena como de la propia y de la propia en función de y en correspondencia con la ajena. Michael Ende acusa en La Historia Interminable, cómo los espacios de Fantasía van siendo reducidos por la Nada que elimina sistemática toda realidad y posibilidad. El trabajo del personaje central en la novela de Ende, Ataryú, no sabe de descanso ni de fatiga en la defensa de Fantasía. Todo parece indicar que Fantasía y Neutralidad no son muy diferentes. Cómo es posible la neutralidad, significa dos cosas. De un lado para los que no han sido víctimas de la violencia la neutralidad implica la capacidad para fortalecerse a sí mismo contra y frente a las demandas, abiertas o veladas de la polarización; para los que han sido víctimas de la violencia la neutralidad significa la capacidad de perdón y volver a tomar la vida en nuestras manos. El perdón no implica jamás el olvido. Pero en condiciones de ira o venganza no somos dueños de nosotros mismos. La posibilidad de la neutralidad equivale a la recuperación de sí mismos: creer en sí mismos, en nuestros prójimos y vislumbrar, aún, un futuro. Carlos Eduardo Maldonado: ¿Cómo es posible la neutralidad? En Bioética y Conflicto Armado. Ediciones El Bosque, Bogotá 2002, páginas 41,42.

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